Sin fiscalización están los locales de tragamonedas en Concepción, no obstante la ordenanza municipal decretada por el alcalde Alvaro Ortiz. La normativa es calificada como letra muerta por concejales que cuestionan el funcionamiento de los llamados “casinos populares”.

Uno de los compromisos del jefe comunal, al asumir hace tres años, fue combatir la proliferación de las máquinas tragamonedas que han invadido el centro y los barrios de Concepción.

Sin embargo, al igual como con otras varias promesas de campaña, la municipalidad no ha cumplido y los locales con juegos que nada tienen de destreza siguen funcionando, no obstante una ordenanza aprobada para regular este tipo de negocios.

La justificación de la autoridad en esto la entregó el administrador Aldo Mardones.

Para el concejal Ariel Ulloa, la ordenanza es irrelevante y por eso insiste en que el municipio debe presentar acciones legales contra los locales, ante las eventuales demandas que interpogan los casinos debidamente autorizados.

Hoy, agregó la concejala Alejandra Smith, el decreto municipal para regular los llamados casinos populares es letra muerta.

En respuesta a esas críticas, el administrador municipal aseguró que antes de fin de año comience la fiscalización de los tragamonedas.

En Concepción existen al menos 30 de estos mini casinos, cuya autorización ha sido cuestionada por la Cámara de Comercio penquista. Fue justamente la demanda de este gremio la que llevó a la municipalidad -durante la administración del alcalde Patricio Kuhn- a dictar la primera ordenanza.