Las indicaciones que los parlamentarios, pero especialmente el Gobierno, presenten al proyecto de ley de reforma laboral son también muy esperadas por el sector privado y el mundo sindical.

La Confederación de la Producción y del Comercio -CPC- no está contenta con la iniciativa en sus actuales términos y espera cambios estructurales.

Algunos de ellos son permitir el reemplazo en la huelga, la extensión universal de beneficios y la ampliación de los pactos de adaptabilidad.

Así lo afirmó el presidente de los grandes empresarios, Alberto Salas.

La Central Unitaria de Trabajadores, por su parte, asumió que profundizar la reforma laboral es casi imposible. Negociación por rama, eliminar la flexibilidad laboral o permitir la huelga en empresas estratégicas son demandas que difícilmente se incluyan.

Por el contrario, la multisindical pretende que, en el Senado, la reforma laboral no se modere, por ejemplo, permitiendo el reemplazo en la huelga.

La presidenta de la CUT, Bárbara Figueroa, señaló que las indicaciones tienen que ser del Gobierno y no del ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, a quien acusan de intentar morigerar el proyecto laboral de La Moneda.

La directiva de la CUT se reunió ayer con los presidentes de los partidos de la Nueva Mayoría, quienes habrían entregado señales de tranquilidad a la multigremial en relación a que el proyecto tiene un piso que no se va a modificar en el Senado.