Georgia acusó este martes a Rusia de “anexión rampante” a causa de un desplazamiento de las marcas que señalan la frontera con Osetia del Sur, lo que según Tiflis tiene por objetivo agrandar el territorio de esta república separatista georgiana prorrusa.

“Rusia continúa su agresión rampante en el territorio georgiano”, declaró a la AFP el portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores de Georgia, David Kereselidze, acusando a Moscú de “amenazar la paz y la seguridad en toda la región”.

Tiflis afirma que guardias de fronteras rusos desplazaron la semana pasada las marcas de la frontera entre Osetia del Sur y Georgia, instalándolas a unos 450 metros de la principal autorruta georgiana que conecta al este con el oeste del país, aumentando de esta manera el territorio de la república separatista.

Según el portavoz, tras la operación, una parte del oleoducto Bakú-Supsa también quedó dentro del territorio osetio, donde están apostados miles de soldados rusos desde la guerra relámpago ruso-georgiana, en agosto de 2008.

“Llamamos a la comunidad internacional a condenar estos actos ilegítimos de Rusia”, subraya Kereselidze.

Rusia había reconocido la independencia de Osetia del Sur y de Abjasia, otra república separatista georgiana, tras la breve guerra que tuvo lugar en 2008. Después de ésta, Moscú instaló bases militires en ambas regiones, lo que Georgia denuncia como ocupación.

Con una longitud de 830 km, el oleoducto entre Bakú, al sur del mar Caspio, y Supsa, puerto de Georgia sobre el mar Negro, tiene una capacidad de bombeo de unos 100.000 barriles de crudo por día.