El primer ministro griego, Alexis Tsipras y los acreedores negociaban contrarreloj en Bruselas para lograr un acuerdo que presentar a los ministros de Finanzas de la zona euro este jueves y evitar un cese de pagos de Grecia.

En la noche del miércoles, Tsipras se reunió durante dos horas con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, el del Banco Central Europeo, Mario Draghi, el del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, y con la directora del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde.

El objetivo de estas negociaciones era lograr un acuerdo preliminar para presentarlo este jueves a los ministros de Finanzas para que den su aval a un acuerdo. 

“Trabajamos en ello”, dijo una de las fuentes a la AFP, cinco días antes de que venza el plazo para un reembolso al FMI por 1.500 millones de euros que despierta el temor a un cese de pagos por parte de Atenas cuyas arcas están vacías.

La reunión de ministros se iba a reanudar este jueves a las 11H00 GMT, pero a las 04H00 GMT estaba prevista una reunión de técnicos. Por la tarde, se reúnen los 28 jefes de Estado y de gobierno de la UE, una cumbre programada desde hace tiempo.

Medidas impopulares

Según fuentes gubernamentales griegas, Grecia retiró dos propuestas de la lista, entre ellas el aumento de la tributación de las pensiones y el del copago sanitario también para los jubilados, muy impopulares entre una población muy castigada por más de seis años de crisis y austeridad. Los griegos trataban de compensarlas con otras medidas financieras equivalentes.

Las propuestas griegas prevén un esfuerzo fiscal de 8.000 millones de euros en 2015 y 2016. El 93% de este monto provendría de alzas de impuestos y de cotizaciones sociales, y el resto de una reducción de gastos.

Grecia necesita un acuerdo con sus acreedores para recibir 7.200 millones de euros de su programa de rescate, bloqueados desde el verano por falta de consenso sobre las reformas y ajustes que piden sus acreedores. 

El lunes, Atenas presentó su plan de reformas, reclamado por sus socios, considerado como “una buena base” para la negociación.

Pero una contrapropuesta de las instituciones –UE y FMI– de último minuto, rechazada por Atenas este miércoles, tensó la negociación.

“Todavía no hemos alcanzado un acuerdo. Pero estamos decididos a continuar trabajando (…) Volveremos a vernos mañana (jueves) a la una de la tarde”, dijo a la prensa el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem.

Varias fuentes con acceso a las negociaciones, las calificaron de “difíciles” y “duras”.

El escollo de la deuda

Además de Juncker, Draghi, Lagarde y Dijsselbloem, también participaron en la reunión nocturna los comisarios de europeos de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici y su colega del euro, Valdis Dombrovskis.

Uno de los escollos es la “insistencia” de Grecia en traspasar una parte de su deuda que está en manos del BCE, al Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), el fondo de rescate de la zona euro. Esto le permitiría obtener tasas y condiciones más interesantes, indicó el ministro austríaco Hans-Jörg Schelling.

“Para muchos países, es un tercer programa (de asistencia) disfrazado”, subrayó.

El tema de la deuda, considerada insostenible, debe ser “tratado” en las discusiones en curso, estimó por su parte el ministro francés Michel Sapin, aunque no sea el tema “más urgente”.

Sin embargo, la gran mayoría de países de la zona euro se oponen a cualquier canje o reestructuración.

Las negociaciones son también difíciles por la posición del FMI, según Atenas que le atribuye una “responsabilidad criminal” por la situación en Grecia.

Antes de viajar a Bruselas, Tsipras cargó contra el Fondo, sin citarlo, por rechazar algunas “medidas compensatorias” que Atenas propone a sus acreedores.

“El repetido rechazo de medidas compensatorias por algunas instituciones nunca sucedió antes, ni con Irlanda ni con Portugal”, dos países que recibieron un programa de asistencia financiera, escribió Tsipras en su cuenta oficial de Twitter.

“Esta inhabitual postura parece indicar que o no hay interés en un acuerdo o que se respaldan intereses especiales”, añadió en otro mensaje.

De alcanzarse un acuerdo, Tsipras tendrá que someterlo a la votación del Parlamento griego, lo que podría ser una etapa delicada. Ello abriría la vía para que el Bundestag alemán y otros parlamentos del bloque se pronuncien en los próximos días, lo que tampoco será fácil.