Junto con insistir que no existió una precampaña presidencial, el Gobierno sinceró su postura y salió a reconocer que Rodrigo Peñailillo fue articulador en el retorno de Michelle Bachelet a Chile. El portavoz de La Moneda, Marcelo Díaz, precisó que el ex ministro del Interior fue uno más de muchos que trabajaron para convencer a la entonces directora de ONU Mujeres de iniciar una nueva aventura presidencial.

La postura del Gobierno en torno a la fluidez de la información ha cambiado desde la salida de Álvaro Elizade de la vocería, y si bien han mantenido su discurso que libera a la actual mandataria de responsabilidades frente a los gestos electorales que se dieron entre 2011 y 2013, esta vez han dado un paso al reconocer que el ex ministro de Interior si estuvo ligado al proceso previo a la campaña presidencial.

“La presidenta Bachelet no hizo ningún tipo de precampaña, ella arribó al país hace mucho tiempo y es un hecho público (…) no autorizó ni pidió ningún esquema recaudatorio de campaña”, reiteró Díaz, quien volvió a explicar la visión que tiene La Moneda en torno al proceso previo al aterrizaje de Bachelet a Chile, el cual contó con la creación de equipos y la preparación de documentos, entre otras materias.

“Durante mucho tiempo hubo un esfuerzo de los partidos, de dirigentes políticos significativos, el propio ministro Eyzaguirre comentó de un viaje a Nueva York, y otros que visitaron a la presidenta con el propósito de convencerla de que asumiera la responsabilidad de una nueva campaña presidencial”, aseguró.

Marcelo Díaz enfatizó en que Michelle Bachelet pasó por un periodo de reflexión esperando que emergieran nuevos liderazgos, y pese a que los cercanos a ella tenían la pretensión de que volviera por una candidatura, el proceso para decidir fue personal, por lo que no hubo precampaña, según sus palabras.

“Precisamente postergó la toma de esa decisión para poder permitir la emergencia de liderazgos que pudieran asumir la responsabilidad de una candidatura presidencial de la entonces Concertación, que derivó en la Nueva Mayoría (…) la decisión de la presidenta se toma en 2013, es ahí, no antes, que se inicia el trabajo de preparación del esfuerzo electoral, que tuvo tres momentos relevantes: las primarias, que empieza el 2 de mayo, la primera vuelta y la segunda”, aseveró el ministro.

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El rol de Peñailillo

Si bien el ministro Marcelo Díaz dijo no estar en condiciones de responder por el ex ministro de Interior, sí señaló que Peñailillo fue un articulador del retorno de Bachelet en un periodo en que había una cierta movilización de actores para que ella asumiera el desafío.

“Por cierto, Rodrigo Peñailillo fue, entre otros, uno de esos actores de articulación del proceso que tenía como propósito convencer a la presidenta Bachelet a que asumiera una candidatura presidencial”, indicó.

Lo cierto es que los lazos entre Bachelet y Peñailillo se mantuvieron tras el primer periodo de la actual mandataria, cuando el ingeniero oriundo de Cabrero trabajó como jefe de gabinete. Incluso, tras terminar el primer gobierno en 2010, Peñailillo emigró a Europa, donde fue visitado por Bachelet.

El contacto jamás se perdió y las ideas de una precampaña -aún negada por el gobierno- ya estaban instaladas en 2012. En marzo de ese año los medios ya hablaban de Rodrigo Peñailillo como “el embajador de Bachelet” o “la voz oficial”, que se encargaba de coordinar las posturas de la Nueva Mayoría y el Bacheletismo que promovía la repostulación de la, en ese entonces directora de ONU Mujer.

Según publicó la revista ‘Qué Pasa’ en su edición del 13 de junio de 2013, en marzo de ese año Peñailillo volvió a viajar a Nueva York a reunirse con Bachelet, pero esta vez para “exponerle a la ex mandataria su trabajo de los últimos meses, con todos los preparativos para su regreso”, ya que “había estado trabajando durante un año en la operación, con un reducido equipo de militantes PPD de su plena confianza”, entre ellos Harold Correa y Robinson Pérez.

Además, en esos años Peñailillo quedó enmarcado como el hombre logró encaminar las negociaciones con el Partido Comunista para que entregaran su apoyo a Bachelet, antes de convertirse en el secretario ejecutivo de la campaña.