Las fuerzas gubernamentales sirias lanzaron una ofensiva en Alepo contra los rebeldes este martes, día en que la ONU debatirá sobre un plan para detener los combates en esta ciudad, antigua capital económica del país.

“El objetivo es doble para las fuerzas del régimen: cortar la carretera que une Alepo y la frontera turca e imponer así un asedio total a los barrios rebeldes, y por otro lado abrir el camino que lleva a dos localidades chiitas progubernamentales, Nabul y Zahra, asediadas por los rebeldes desde hace 18 meses” indicó Rami Abdel Rahman, director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

Según esta ONG, el ejército sirio, apoyado por combatientes iraníes y afganos, además del movimiento chiita libanés Hezbolá, capturó las localidades de Bashkoy y Riyan, unos 10 km al norte de Alepo.

Esta ofensiva empezó el mismo día en que el mediador de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, prevé presentar al Consejo de Seguridad de la ONU un informe sobre su misión, cuyo objetivo es poner fin a la guerra que asola al país desde hace cuatro años.

“Alepo es esencial en esta ofensiva y esta batalla va a proseguir de forma intensa, porque es determinante. El principal objetivo es romper el cerco de Alepo” por parte de los rebeldes, que controlan prácticamente casi toda la provincia, explicó a la AFP una fuente militar siria.

Interrogada sobre la ofensiva militar en el sur del país, al borde de las posiciones israelíes en los Altos del Golán, la fuente dijo: “Este ataque (a Alepo) no está vinculado con el del sur, pero (…) demuestra la capacidad del ejército sirio de abrir varios frentes al mismo tiempo”.

Antiguo corazón industrial de Siria, Alepo está dividido en dos desde julio de 2012: los rebeldes se encuentran al este y el régimen al oeste.