Una usuaria del hospital de Los Ángeles denunció haber sido víctima de una negligencia médica que terminó con la vida de su hijo de 38 semanas de gestación, mientras, desde el complejo asistencial indicaron que desarrollarán una investigación.

En conversación con Radio Bío Bío, Jacqueline Navarro Palacios, detalló que el 5 de enero concurrió a un control en la unidad denominada Feto de Alto Riesgo (FAR). Ingresó a las 7:30 de la mañana y le realizaron una ecotomografía a las 11:30 horas. En el transcurso de la espera, comenzó a sentir diversos malestares, situación que la mujer habría advertido al personal.

Tras someterse al exámen, le dijeron que el feto estaba sin vida, situación que no se explica ya que según su relato, nunca antes presentó inconvenientes en el embarazo, de hecho tenía programada una cesárea para cuatro días después.

Lo más complejo según Navarro, es que la causa de la muerte del feto de 38 semanas de gestación fue un desprendimiento de placenta, inconveniente que dañó su útero, por lo que debieron extirpar el órgano.

Desde el Complejo Asistencial angelino señalaron a través de un comunicado de prensa que “entendemos el dolor que genera la pérdida de un ser querido y no podemos quedar ajenos al difícil momento que vive la familia de la señora Jacqueline Navarro”.

El escrito agrega que el último control de la paciente estaba agendado para el día viernes 02 de enero, ocasión en que no se presentó, acudiendo a la unidad de FAR el lunes 05 de enero, oportunidad en que se constata la muerte del feto en el útero materno.

Junto con ello se indicó que “este caso es considerado un accidente obstétrico no prevenible y como corresponde a toda muerte fetal de término, se realizará una auditoria de mortalidad perinatal, tanto en el Servicio de Salud Bío Bío como en la Seremi de Salud, para lo cual el recinto hospitalario ya envió los antecedentes necesarios para facilitar la investigación que se realizará.