El Dakar tiene fama de ser una prueba extrema, dura y complicada para los pilotos, donde incluso 23 competidores han fallecido en pista, incluyendo uno en la presente edición, a lo largo de sus 37 años de existencia.

Sin embargo, este año las críticas y comentarios sobre la seguridad de la prueba han aumentado notoriamente, sobretodo después de la etapa maratón que enfrentaron las categorías de motos y quads, entre Iquique y Uyuni, y viceversa.

Las inclemencias meteorológicas, traducidas en bajas temperaturas, tormentas eléctricas y fuertes lluvia, sumado a los problemas de puna por la altura en las jornadas que se corrió en Bolivia, han sido las principales críticas, ya que tanto pilotos como personas ajenas al rally consideraron que las pruebas tuvieron que suspenderse.

De hecho, en el arribo de los competidores a Uyuni se reportaron 46 pilotos con estados de hipotermia y otros 12 apunados por los efectos de la altura. Cifras que aumentaron ayer en el retorno a Iquique.

Un total de 20 participantes, 18 competidores en motos y 2 de quads, tuvieron que abandonar el Dakar por diversos problemas, tanto mecánicos como de salud, entre las etapa 7 y 8.

Incluso los pilotos se reunieron antes de largar la etapa 8, ayer lunes, para precisamente no arrancar la jornada, situación que no se completó y solo consiguieron retrasar el inicio de la especial. Posteriormente se acortaría el trazado por el mal estado de los caminos tras las intensas lluvias producto del popularmente conocido “invierno altiplánico”

Pero desde la organización no toman en cuenta el ‘lamento boliviano’ generalizado que se ha creado y afirman que la seguridad se ha reforzado considerablemente.

“Hemos reforzado los medios de seguridad con más helicópteros dedicados a la seguridad. Hemos cortado la etapa 100 kilómetros”, aseguró Etienne Lavigne, director del Dakar.

Además, destacó que si bien la largada fue bajo complicadas condiciones meteorológicas, ya a las 10 de la mañana las condiciones de carrera eran buenas.

“Es el Dakar. Arena, sal, es el medio ambiente del Dakar”, sentenció el director del rally fuera de pista más duro y compliacado del planeta.

Pero no se quedó ahí, ya que hizo oídos sordos de las críticas y sentenció que ASO, la empresa francesa a cargo de la organización del Dakar, no cambiará su metodología de trabajo.

“Todos los pilotos que están con nosotros saben que el Dakar es prueba difcil y el más extremo del mundo, no vamos a cambiar la metodología”, sostuvo Lavigne.

Finalmente aseguró que cada minuto están monitoreando la prueba, sin dejar nada en torno a la seguridad al azar.

“La seguridad es preocupación de cada minuto, es la prueba más sincronizada del mundo y en este tipo de competencias hay riesgos”, cerró Etienne Lavigne.