El gobernador del estado de Texas, Rick Perry, reafirmó este miércoles en una carta al presidente de México, Enrique Peña Nieto, su decisión de desplegar tropas de la Guardia Nacional en la frontera a causa de la oleada migratoria.

“Como gobernador de Texas, tengo la obligación de pensar primero en la seguridad de nuestros ciudadanos. Aquellos que obedezcan nuestras leyes no tienen nada que temer ante el aumento de la presencia de fuerzas del orden”, afirmó Perry en una carta divulgada a la prensa, cuyo contenido fue posteriormente refutado por el gobierno de México.

En medio de una crisis migratoria en la frontera, incluso con decenas de miles de menores de edad sin compañía de adultos, Perry decidió desplegar unos 1.000 hombres de la Guardia Nacional, una medida que fue criticada la semana pasada por Peña Nieto.

En su carta al presidente mexicano, Perry respondió que continuará “actuando como sea necesario para cumplir mis obligaciones constitucionales, y cuando se trata de la seguridad de los texanos no seré convencido por retórica de ningún tipo”.

De acuerdo con Perry, los desafíos creados por la actual crisis migratoria son “en parte consecuencia del fracaso del gobierno de México de asegurar su frontera sur” y de “desplegar recursos adecuados para controlar los elementos criminales en México”.

Texas y México, apuntó Perry, deben “garantizar que las fronteras son seguras”, y por eso impulsó a Peña Nieto a que “tome los pasos necesarios para hacer eso a lo largo de la frontera sur de su país”.

En la tarde del miércoles el vicecanciller de México para América del Norte, Sergio Alcocer, respondió a Perry que su gobierno “lamenta que los comentarios que se vierten en este comunicado no estén sustentados en la realidad”.

“Mantendremos una postura muy firme en el sentido de que no es un tema de seguridad ni de porosidad en la frontera”, dijo Alcocer en declaraciones a la prensa.

“Es un tema de un carácter humanitario, de la presencia de jóvenes centroamericanos o niños que se presentan y que tienen que ser tratados de conformidad con el marco legal estadounidense”, sostuvo el funcionario.

Sobre el despliegue en Texas, Peña Nieto dijo el viernes en una entrevista periodística que “no sólo es desagradable, sino yo creo que es condenable”.

Entre octubre de 2013 y julio de este año, unos 57.000 niños indocumentados ingresaron a Estados Unidos sin la compañía de un adulto, desbordando al gobierno de ese país al grado de que tuvo que albergar a los menores en bases militares.