Si tu alarma del teléfono se activa, y en vez de apagarla, tomas el dispositivo y extrañamente dices “¿Hola?”, en términos técnicos podrías sufrir el trastorno de la embriaguez del sueño. Esto significa que en los primeros momentos al despertar, tu comportamiento es confuso e inadecuado.

Por primera vez, el fenómeno se ha estudiado en una población adulta, y de acuerdo a un artículo recientemente publicado en la revista especializada en neurología, Neurology, este comportamiento es en realidad bastante común.

Para determinarlo, investigadores de la Universidad de Stanford llevaron a cabo entrevistas telefónicas a más de 19.000 individuos sanos, de los cuales aproximadamente el 15% reportó haber experimentado algún tipo de episodio de sueño confuso en el último año, y un 8% dijo que esto les sucede por lo menos una vez por semana.

“La mayoría de sus historias eran positivas, y en realidad bastante divertidas”, dijo el psiquiatra Maurice M. Ohayon, de la Facultad de Medicina en Stanford, quien fue el autor principal del artículo recogido por el diario electrónico estadounidense Huffington Post.

Por ejemplo, según el especialista, un hombre cogió el despertador y lo confundió con su teléfono, y tuvo una conversación de dos minutos sobre el mismo; otro participante se despertó en medio de la noche y no podía encontrar el baño en su propia casa.

Otros casos comunes son la confusión mental que se tiene cuando se despierta por la mañana con un sobresalto un sábado, antes de darse cuenta de que es fin de semana, o cuando se despierta en una habitación de hotel y no puede entender de inmediato dónde se encuentra.

Para la mayoría de la gente, y sobre todo si esto sólo le sucede de vez en cuando, no sería nada de qué preocuparse. Pero para las personas que experimentan la embriaguez del sueño una vez a la semana o más, puede ser señal de un trastorno del sueño sin diagnosticar.

También podría ser un signo de la falta de sueño, ya que estos episodios son más comunes en las personas que habían tenido varias noches con un descanso menor a seis horas en la última semana. O al contrario, podría ser que estás durmiendo mucho.

Investigaciones anteriores han mostrado que la embriaguez del sueño también es común en las personas que duermen más de nueve horas por noche.

La psiquiatra explica que, si bien los investigadores no están exactamente seguros de qué causa este comportamiento confuso, los estudios en animales nos dan una pista, despertares repentinos parecen calmar el reflejo de sobresalto que permite a los animales (y, probablemente, a nosotros) responder rápidamente a las amenazas potenciales.

Para nuestro cerebro medio dormido, un despertar abrupto señala una emergencia o un momento de acción, no de razón. Esta también, por cierto, es un motivo para reconsiderar la idea de despertar a tu compañero de sueño con una máscara extraña o un vaso de agua, ya que las personas con embriaguez del sueño son propensas a responder a la broma con un puñetazo en la cara.