Mediante una declaración publicada en el sitio web de la Fundación Democracia y Desarrollo, el ex presidente Ricardo Lagos Escobar se refirió a la muerte del general Ricardo Izurieta Caffarena, quien fuera comandante en jefe del Ejército, desde el 10 de marzo de 1998 hasta el 10 de marzo de 2002, sucediendo en el mando de la institución a Augusto Pinochet.

“Ricardo Izurieta fue un comandante en jefe que debió enfrentar un conjunto de desafíos, lo hizo con la dignidad y orientación de satisfacer los intereses superiores del país”, destacó Lagos, agregando que el desaparecido militar “fue comandante en jefe en la compleja transición respecto de su antecesor que había desempeñado dicho cargo durante 25 años”.

“Al mismo tiempo, durante la mitad de su mandato, tuvo que enfrentar la detención de Augusto Pinochet en Londres y, luego, los juicios que éste debía enfrentar en Chile. En todas estas situaciones pude apreciar sus condiciones de mando y, a la vez, su comprensión de la necesidad que las instituciones armadas, en particular el Ejército de Chile, volvieran a ser las instituciones profesionales, enmarcadas en las normas de una sociedad democrática”, desatacó el ex mandatario.

“Como Presidente estoy agradecido de la forma en que él puso todo de su parte para comprender que, en el futuro, todas las instituciones del país debían ser garantes del respeto a los derechos humanos y, al mismo tiempo, hacer los esfuerzos para conocer la verdad de lo que había ocurrido durante la larga dictadura de Chile”, señaló Lagos.

“Al momento de su partida, quiero expresar mi solidaridad y apoyo, en nombre mío y de Luisa (Durán, su señora), a su esposa Beatriz (Linzmayer) y a sus hijos”, concluyó.