Los padres y el abogado del joven Ricardo Harex pidieron al Ministerio Público que designe un fiscal para que investigue la muerte de un testigo “clave” en la desaparición del joven en Punta Arenas en el 2001.

Se trata de Juan Esteban Cárdenas Cárdenas de 60 años, quien confesó ante la Policía de Investigaciones haber participado del entierro del cadáver del joven en la casa de reposo Juan Pablo II, perteneciente a la iglesia Católica, recinto que administraba por esos años.

En su testimonio, Cárdenas reconoció que vertió soda cáustica sobre los restos del adolescente, con la intención de disolver su cuerpo y luego lo enterró, siguiendo las órdenes del sacerdote Rimsky Rojas y otras tres personas quienes le habrían pagado 120 mil pesos.

Un mes después de entregar su testimonio, el hombre murió por una supuesta hemorragia hepática. No obstante, no se contaría con un informe de autopsia que confirme la causa de muerte, según informó el abogado de la familia Juan José Arcos.

Ante la petición, la Fiscalía Regional designó al fiscal Jefe de Punta Arenas Eugenio Campos para encabezar las diligencias, entre las que se cuenta la exhumación del cuerpo de Cárdenas para determinar las causas de su muerte.