Un estadounidense fue ejecutado la noche del jueves en Florida por la violación y el asesinato de una niña de 11 años, informaron las autoridades penitenciarias de ese estado, que llevó con ésta la séptima ejecución del año.

Eddie Davis, de 45 años, y que pasó los últimos 20 en el corredor de la muerte, fue declarado muerto por inyección letal a las 18H43 locales (22H43 GMT), indicó a la AFP Jessica Cary, portavoz de las cárceles de Florida (sudeste de Estados Unidos).

Sus últimas apelaciones ante la Suprema Corte fueron rechazadas a última hora. Argumentaba que podía padecer sufrimiento a raíz de la mezcla de productos utilizados en la inyección letal en Florida, según documentos judiciales.

Davis fue condenado a muerte por la violación y el asesinato en 1994 de la hija de su ex pareja. Había secuestrado a la niña mientras dormía en la cama de su madre, quien había salido a trabajar de noche en un hospital.

Abusó de la niña en la casa rodante que habitaba cerca de ahí y la asfixió con una bolsa de plástico, antes de tirar su cuerpo a la basura.

Se trata del 24 condenado en haber sido ejecutado este año en Estados Unidos, donde recrudeció la polémica sobre la inyección letal después de una ejecución fallida en Oklahoma el 29 de abril, durante la cual el condenado murió de un ataque al corazón después de una agonía de más de 40 minutos.

Es la segunda ejecución en un mes en Florida, que acaba de modificar su protocolo de ejecuciones y llevó a cabo siete de éstas, igualando a Texas, que suele detentar el récord.

En el vecino estado de Georgia, Tommy Waldrip, quien también debía ser ejecutado la noche del jueves, vio cambiada su pena capital a cadena perpetua, sólo 26 horas antes de la ejecución.

Sin emitir comentario, el comité de gracias de Georgia tomó esta decisión, muy rara, cuando todas las apelaciones de Waldrip habían sido rechazadas. Había sido declarado culpable del asesinato en 1991 de un estudiante que iba a testificar en el juicio contra su hijo por asalto a mano armada.