La tenista checa Petra Kvitova, sexta del mundo, arrolló este sábado a la canadiense Eugenie Bouchard por 6-3, 6-0 y ganó el segundo torneo de Wimbledon de su carrera.

Kvitova necesitó sólo 55 minutos para triunfar, en la que fue probablemente una de las finales más cortas de la historia en el césped del All England Club.

La checa se embolsó tres millones de dólares por su victoria final y la finalista algo más de la mitad, 1,7 millones de dólares.

“Es mi segundo título aquí, seguro que ahora será más fácil de asimilar. No sé si es más especial que la primera vez pero es un momento fantástico para mí”, dijo Kvitova al término del encuentro.

“Petra ha jugado un tenis fantástico estas dos semanas. Para mí hoy fue muy difícil, pero estoy orgullosa de lo que he hecho durante el torneo… y volveré”, respondió la canadiense.

Cuatro años que valen un torneo

Bouchard tiene 20 años, y Kvitova 24. Son sólo 4 años de diferencia, suficientes para que la checa -ahora 2 Wimbledons y 14 torneos- supere largamente en coronas a la canadiense -1 torneo.

La salida a la cancha fue un indicio del estado de ánimo de las finalistas. Ambas llevaban un ramo de flores. Kvitova encabezaba el cortejo y levantó la vista para echar un buen vistazo al público, mientras Bouchard la seguía cabizbaja, sin apenas levantar la mirada.

Al tercer juego, cuando Kvitova estaba a punto de romperle el servicio por primera vez, Bouchard empezó a dar las primeras muestras de descontento con su juego.

En sólo 32 minutos la checa se había anotado la manga, por 6-3, con una única buena noticia para la canadiense: la ruptura del servicio de su rival en la única ocasión de la que dispuso.

Pero el segundo set fue todavía más sangrante para la canadiense, que ni siquiera pudo ganar un solo game para salvar el honor ante una pletórica Kvitova, que superaba constantemente a su rival con sus golpes fuertes y profundos.

Kvitova y Bouchard se habían enfrentado sólo en una ocasión, con victoria para la primera.