Estados Unidos lleva a cabo negociaciones con figuras clave en la región para tratar de poner fin al caos en Irak, donde la vida política está bloqueada y las tropas gubernamentales tratan de frenar el avance de los combatiente sunitas.

El primer ministro Nuri al Maliki, acusado de concentrar el poder y de marginar a la comunidad sunita, decretó por su parte una amnistía para las personas “implicadas en actos contra el Estado”.

Se trata de una iniciativa extraña cuando persisten las divisiones, que estallaron el martes, durante una primera sesión del nuevo Parlamento que terminó en medio del caos a pesar de que debía iniciar el proceso de instauración de un gobierno.

El gobernador de la provincia, Ahmed Abdalá Juburi, declaró el miércoles que el avance de las fuerzas de seguridad era lento “porque todas las casas y todos los vehículos quemados (en la ruta que conduce a Tikrit) fueron minados”.

Según él, pasarán varios días antes de que las fuerzas gubernamentales logren entrar a la ciudad. El portavoz de Maliki para la seguridad señaló por su parte enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y los insurgentes al sur de Bagdad.

La ofensiva yihadista y la parálisis política amenazan al país con una fragmentación, un riesgo mayor debido a que la ofensiva yihadista reforzó las veleidades de los kurdos, que se apoderaron de la ciudad disputada de Kirkuk, desertada por el ejército, y ahora quieren un referéndum de independencia.

Maliki se mostró intransigente. “Nadie tiene el derecho de explotar los acontecimientos que tuvieron lugar para imponer un hecho consumado, como lo hizo la región del Kurdistán”, declaró el miércoles a la televisión.

Luego de salir vencedor pero sin mayoría en las elecciones legislativas del 30 de abril, Maliki es el favorito para dirigir el próximo gobierno. Sin embargo, su próximo reemplazo es discutido incluso dentro de su propia coalición.

Después de llamados infructuosos para formar lo antes posible un gobierno de unión, Estados Unidos lanzó negociaciones en todas direcciones en la región para pedirles que utilicen su influencia ante las diversas partes iraquíes.

NECESIDAD URGENTE DE UN NUEVO GOBIERNO

El vicepresidente norteamericano Joe Biden y Osama al Nujaifi, presidente sunita del parlamento durante la actual legislatura, destacaron la necesidad de “formar rápidamente un nuevo gobierno que pueda unir al país”.

El presidente Barack Obama también se puso en contacto con el rey Abdalá de Arabia Saudita para pedirle que utilizara su influencia.

El secretario de Estado John Kerry recibió a una delegación kurda y tuvo una conversación telefónica con el presidente de la región autónoma del Kurdistán, Masud Barsani, durante la cual subrayó el papel importante que deben desempeñar los kurdos en la formación del nuevo gobierno en Bagdad.

Para llevar a cabo su contraofensiva frente a los rebeldes, después de la dispersión del ejército durante los primeros días de la operación, Bagdad recibió diez aviones Sujoi, anunciados como procedentes de Rusia, pero que en realidad podrían venir de Irán, según algunos expertos.