A ocho años de presidio efectivo por el incendio que en 2013 consumió dos viviendas en Rahue Alto, fue sentenciado el único imputado cuya indentidad el tribunal prohibió difundir, esto luego que el Ministerio Público acreditara que el siniestro fue totalmente intencional.

Al respecto se refirió la Fiscal Cristina Cárcamo, quien explicó que como dijo al inicio del juicio era una causa compleja, dado que al minuto de iniciado el fuego, al interior de la vivienda sólo se encontraba el hoy condenado, no obstante ello y tras una ardua investigación se logró acreditar que el incendio no fue una negligencia como planteaba la defensa.

Respecto a la sentencia que deberá cumplir el hombre, Cárcamo manifestó que si bien ellos solicitaban una pena íntegra de 12 años, los magistrados que integraron la sala determinaron acoger una de las atenuantes invocadas por la defensa y que tiene relación con la colaboración, considerando que al minuto del incendio el hombre no huyó de la vivienda, entregándose a Carabineros.

Consultada la persecutora si el caso tuvo mayores complejidades y sobre qué datos permitieron confirmar la intencionalidad, ésta dijo que fue un cúmulo de antecedentes que debieron recabar, además de reconstruir la escena paso a paso, ayudados siempre de los testimonios de vecinos que afirmaban que el hombre era problemático y que declaró el día del incendio ser él el autor del mismo.

El siniestro redujo a escombros a dos viviendas de material ligero y de un piso, emplazadas en el pasaje Aliwe de Población Quilacahuín, a pesar de los esfuerzos desplegados por las decenas de Bomberos que concurrieron a combatir la emergencia.

Este hecho dejó a dos familias damnificadas, y la madre del imputado reconoció la pérdida de más de un millón de pesos en efectivo, correspondientes a ahorros que ella mantenía en la vivienda.

De la situación se restó la madre del imputado, quien determinó no levantar cargos contra su hijo ni prestar testimonio en su contra. Por su parte, los peritos químicos de la PDI acreditaron que el fuego se originó en una de las habitaciones.