El ejército iraquí se preparaba el sábado a dar el asalto para arrebatar a los insurgentes sunitas la ciudad de Tikrit, a 160 km de la capital, sobrevolada por drones estadounidenses para defender a los consejeros norteamericanos enviados al país.

El gran ayatolá Alí al Sistani, la mayor autoridad religiosa chiita de Irak, llamó por su parte a los dirigentes a unirse para formar un gobierno de unidad con el objetivo de hacer frente a la ofensiva yihadista.

Varios responsables extranjeros han insistido también en la necesidad de acompañar la acción militar con una solución política a la crisis que enfrenta a las comunidades sunitas, chiitas y kurdas.

A 160 km al norte de Bagdad, miles de soldados progresaban el sábado hacia Tikrit, la ciudad del derrotado dictador Sadam Husein, tomada el 11 de junio, al igual que amplias partes del territorio iraquí, por los insurgentes sunitas liderados por los yihadistas ultraradicales del Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL).

El inminente asalto a Tikrit, apoyado por la aviación, los tanques y las unidades de limpieza de minas, parece ser la mayor operación del ejército que trata de recuperar el terreno perdido en los primeros días de la ofensiva.

“Hoy ha empezado una amplia operación militar para desalojar al EIIL de Tikrit”, declaró el viernes a la AFP Sabah Fatlawi, quien aseguró que “los combatientes del EIIL no tienen alternativa, huir o morir”.

El jueves, el ejército retomó la universidad de la ciudad, en la carretera que lleva a Baiji, la principal refinería de petróleo del país actualmente parada. Se han señalado combates y ataques aéreos durante el día del viernes en la zona.

Según la ONG Human Rights Watch, que se apoya en fotografías e imágenes por satélite, los combatientes del EIIL mataron a entre 160 y 190 soldados en ejecuciones masivas.

DRONES ESTADOUNIDENSES

Para apoyar a su ejército, Irak reclama desde hace semanas ataques aéreos estadounidenses contra los insurgentes, pero Estados Unidos de momento solo ha enviado a 300 consejeros militares y anunciado un plan de 500 millones de dólares para armar y entrenar a los rebeldes moderados en la vecina Siria para que participen en la lucha en Irak contra el EIIL.

En Siria, el EIIL concentra las enemistades de la rebelión en su conjunto y los combates entre estos antiguos aliados han dejado miles de muertos desde enero.

En un nuevo episodio de estos enfrentamientos fratricidas, los rebeldes islámicos y la rama de Al Qaida lanzaron un ataque contra el EIIL para expulsarlos de Bukamal, principal localidad siria en la frontera con Irak.

Aviones sin pilotos estadounidenses armados de misiles sobrevuelan Bagdad, pero únicamente para “proteger” a los consejeros militares y diplomáticos estadounidenses presentes, según indicó a la AFP un diplomático estadounidense.

Maliki emitió un comunicado en su página en internet en el que afirma que Bagdad está “a salvo” de un asalto de los insurgentes.

El primer ministro parece haber cedido a los llamamientos de la comunidad internacional al declarar querer buscar una solución política para salir de la crisis.

El Parlamento salido de las urnas en las elecciones de abril se reúne el martes para poner en marcha el proceso de formación de un gobierno.

Las agencias internacionales lanzaron por su parte un mensaje de alerta sobre las consecuencias humanitarias del conflicto, que llevó a 1,2 millón de iraquíes a huir de su hogar desde principios de año.