Chile se encuentra dentro los países con mayor desigualdad en 2011, según un informe de la OCDE. Los expertos señalaron que esta condición es histórica y se debe principalmente a la baja negociación colectiva de los trabajadores y a las diferencias impositivas entre los diferentes estratos.

Según datos publicados este jueves por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Chile aparece entre los Estados con mayores desigualdades entre ricos y pobres durante 2011, junto a Turquía y Estados Unidos.

Por otra parte, dentro de los países más equitativos se encuentran Dinamarca, Eslovenia, Finlandia y República Checa.

Según la oranización, la pobreza aumentó en muchos de sus países desde 2007, lo que eliminó los progresos en la mejora de los niveles de vida de los hogares de bajos ingresos que se habían producido en los años anteriores.

En el conjunto de los países miembros de la entidad, del grupo de los denominados “desarrollados”, en 2011 el 10% de los más ricos obtuvieron 9,6 veces más ingresos que el 10% más pobre, mientras que en 2007 habían ganado 9,3 veces más.

El economista de la Universidad Católica, Eugenio Rivera, señaló que estas cifras confirman lo que ya se sabe hace tiempo, sobre que Chile es de los países más desiguales.

Asimismo, el especialista agregó que la asimetría en los ingresos se debería principalmente a la baja negociación colectiva de los trabajadores y a las diferencias impositivas entre los estratos.

De acuerdo con esto se mostró el sociólogo de la Universidad de Chile, Alberto Mayol, quien señaló que la desigualdad en el país es histórica, ya que afirmó que siempre hemos estado dentro de los países más desiguales del mundo.

Mayol aseguró que para combatir a esto, se necesita de una reforma tributaria más profunda y políticas de regionalización.

Dentro del informe de la OCDE, otra de las tendencias de 2011 es que los jóvenes y los niños han sustituido a los ancianos como el grupo de edad con mayor riesgo de pobreza.

Según las cifras, las personas de entre 66 y 75 años se enfrentaron a un riesgo de pobreza un 25% menor que la media de la población, siendo la más baja entre todos los grupos.