No fue en una partida de Watch Dogs, esto ocurrió en el mundo real y fue ejecutado por dos niños de tan solo 14 años. Se trata de Mateo Hewlett y Caleb Turon, dos estudiantes de noveno grado oriundos de Winnipeg que descubrieron como ‘hackear’ un cajero automático del Banco de Montreal.

Sin conocimientos informáticos académicos, los astutos y autodidactas niños se dieron cuenta de lo fácil que era acceder a estas máquinas tras encontrar en internet un antiguo manual de usuario.

Durante su hora de almuerzo hace algunas semanas decidieron ir a uno de estos cajeros y, sin esperanzas de que funcionara, introdujeron clave de fábrica, descubriendo que esta nunca fue cambiada, por lo que pudieron acceder a la información de administrador del cajero automático, que muestra todas las transacciones y sumas de dinero del dispensador.

Los jóvenes no pretendían robar ni hacer daño, por lo que acudieron a la entidad bancaria para informarles de su problema de seguridad, donde en primera instancia no les creyeron y les pidieron pruebas que, según los encargados del banco, no lograrían conseguir.

Por lo anterior los menores regresaron al dispensador e imprimieron comprobantes de las transancciones realizadas, cambiaron el modo de entrega de dinero y, a modo adicional, dejaron un mensaje indicando “Vete de aquí, este cajero ha sido hackeado”.

Tras esto fueron inmediatamente atendidos por los responsables de la sucursal, quienes incluso tuvieron que excusarlos mediante una nota por llegar tarde al colegio tras su hora de almuerzo, según detalla The Winnipeg Sun.

Días más tarde el Banco de Montreal reconoció el problema e inició medidas para impedir los accesos no autorizados.