La Corte Suprema ordenó llenar la vacante de al menos una de las tres Fiscalías Judiciales de la Corte de Apelaciones de Concepción, acéfalas hoy tras la jubilación de sus titulares.

Ante la delicada situación, el tribunal de alzada penquista se vio obligado a aceptar el trabajo ad honorem como fiscal judicial suplente del ex ministro Eliseo Araya, quien se acogió a jubilación hace unos meses al cumplir 75 años de edad.

Según fuentes de tribunales, al conocer el máximo tribunal del país esta situación -que ha llamado la atención entre funcionarios judiciales y abogados- se ordenó llamar a concurso para reemplazar a la jubilada fiscal judicial Wanda Mellado, de la Primera Fiscalía.

Hoy -y desde la semana pasada- el fiscal suplente Eliseo Araya está integrando una de las salas de la Corte penquista, desempeñándose como ministro sin percibir sueldo.

Se trata de un nombramiento inédito que abogados han cuestionado y calificado como un subterfugio del Poder Judicial para permitir el regreso a tribunales a un ex ministro que intentó sin éxito su designación como abogado integrante.

La labor de un fiscal judicial es emitir informes en causas judiciales del sistema penal antiguo, en los casos de los Juzgados de Familia y en el ámbito administrativo.