Es normal que veamos a perritos que no tienen cola larga, sino que más bien una pequeña protuberancia que se mueve al ritmo de lo que debería ser su rabo. Esto se debe a algo llamado caudectomía canina, es decir, el corte de este miembro de los perros, una práctica que causa controversia y debate en el mundo veterinario y de los criaderos de estos animales.

Pese a que existen varias razas a las que aún se les corta la cola, como los Cocker, Fox Terrier, Pastor Inglés y Boxer, este procedimiento no sería sano para los canes, ya que se trataría de una mutilación. En conversación con BioBioChile, el médico veterinario Eduardo Cruz, de la Clínica Veterinaria Providencia, afirmó que esta parte del cuerpo del perro es una prolongación de la columna vertebral, que en nuestro cuerpo se traduciría en el sacro y el coxis, pero que sin embargo ellos tienen en forma de cola puntiaguda, compuesta escencialmente por cerca de 16 a 20 vértebras.

En ese sentido, señaló que hace aproximadamente dos años que este procedimiento está viéndose disminuido en nuestro país, y sólo se lleva a cabo a menos que sea una necesidad estrictamente médica, como por ejemplo cuando la madre al parir corta accidentalmente la cola de su cachorro al tratar de quitar el cordón umbilical, o bien por accidentes caseros o en la calle.

“Lo que se buscaba era sólo algo estético, un capricho humano”, indicó Cruz, quien también señaló que hay casos donde a los perros de raza Gran Danés -que tienen una cola que causa el efecto de un látigo-, se les cortaba debido a las múltiples heridas que ellos se generaban, ya que no miden su fuerza al moverla.

Sin embargo, los cortes de cola nacieron producto de varias razones. En primera instancia, se aplicaba a perros de trabajo o caza, para que no pasaran a botar los objetos o cosas de su entorno o para que no golpearan al ganado. También se corta por higiene, como es el común caso de los Cocker y los Pastores Ingleses, que al tener una gran cantidad de pelo, dejan algunos restos de fecas en el rabo, lo que resultaría más peligroso que el corte del mismo.

Pese a todo, si es que se realiza este procedimiento, suele ser en la primera semana de nacido, por lo que no afectaría el comportamiento que el perro pueda tener más adelante.

Cabe destacar que esta práctica está prohibida en Reino Unido y Australia, y ya en España se está trabajando para erradicarla de sus clínicas para animales, mientras que en nuestro país ha ido notoriamente a la baja.

De todas formas, el veterinario Eduardo Cruz señaló que por higiene en razas grandes a veces es más recomendable realizar el corte de la cola, algo que debe ser llevado a cabo en una clínica veterinaria, por la connotación de operación que tiene el procedimiento. En tanto para razas más pequeñas, el profesional invitó a que mejor se mantuviera el pelo de esa zona corto, para así evitarle una experiencia más bien dolorosa a quien se convertirá en uno de tus mejores amigos.