La Comisión Europea pidió el miércoles a Ucrania una reforma de los precios de la electricidad, masivamente subvencionados, y que luche activamente contra la corrupción a cambio de una ayuda financiera de 1.600 millones de euros, parte de un gran plan anunciado a principios de marzo.

El ejecutivo europeo detalló el miércoles la ayuda de urgencia destinada a Kiev, en el marco de un plan de ayuda de al menos 11.000 millones de euros prometidos hace dos semanas.

Se entregarán 1.000 millones de euros (alrededor de 793 mil millones de pesos), que se suman a los 610 millones de euros prometidos de largo plazo en el marco del acuerdo de asociación.

Estas sumas servirán principalmente para prestar una ayuda urgente a Ucrania que “se enfrenta a una gran degradación de su balanza de pagos y de su situación presupuestaria”, explica un comunicado de la Comisión.

Unos 600 millones de euros serán entregados muy rápidamente -a partir de la luz verde del Fondo Monetario Internacional (FMI)-, la otra parte durante el año, precisó la Comisión.

“Es una respuesta inmediata y concreta a las dificultades financieras de Ucrania”, subrayó el miércoles Olli Rehn, el comisario europeo encargado de Asuntos Económicos durante una conferencia de prensa.

A cambio de esta ayuda, Bruselas espera por parte de Ucrania un conjunto de reformas económicas.

Entre ellas está la “reforma del sistema de precios de la electricidad y de la energía”, afirmó Rehn, quien recordó que el sector está “masivamente subvencionado (por el Estado), lo cual tiene un peso consecuente sobre las finanzas públicas”.

“Al mismo tiempo, sabemos que dicha reforma tendría consecuencias sociales y políticas” importantes, admitió, y evocó la necesidad de apoyar a las poblaciones en dificultad.

Una misión de expertos de la Comisión viajará muy próximamente en Kiev y abordará esta cuestión, anunció el comisario europeo. “Es una cuestión que formará parte de las negociaciones entre el gobierno ucraniano y la Comisión Europea”, indicó.

Ente otros, Kiev debe luchar activamente contra la corrupción, estima la Comisión, un gesto que “desean los ucranianos”, indicó Rehn.