La agencia internacional de calificación financiera Moody’s recortó el lunes la nota de la deuda soberana de Argentina en un escalón, de “B3″ a “Caa1″, debido a la caída de las reservas internacionales y una inconsistente “política” económica.

La nueva calificación mantiene a los bonos de Argentina entre los de carácter especulativo, aunque considera que el país presenta ahora un “riesgo aumentado de no cumplir con sus obligaciones de deuda en moneda extranjera”, según un comunicado de Moody’s.

Argentina se encuentra así a apenas dos escalones de la peor nota existente en la escala de Moody’s, la “C” otorgada a los países a punto de hacer default.

Por su parte, la decisión de Moody’s de degradar la nota de los bonos del gobierno de Argentina fue adoptada por dos factores, según la agencia.

Primero, “una significativa caída de las reservas oficiales, que bajaron de un techo de 52.700 millones en 2011 a 27.500 millones de dólares, incrementando el riesgo de que Argentina no cumpla con sus obligaciones de deuda en moneda extranjera”, señaló Moody’s.

Segundo, “un entorno de políticas inconsistente que incrementan la posibilidad de que las reservas oficiales continúen bajo presión este año y el próximo”, agregó.

“Si las reservas se han estabilizado en el último mes, existen continuos altos riesgos de mayores caídas, un riesgo crediticio clave ya que Argentina no tiene acceso a los mercados internacionales y utiliza las reservas del banco central para cumplir sus obligaciones de deuda en moneda extranjera”, explicó Moody’s.

Según la agencia, la caída de las reservas y la falta de acceso a los mercados “reflejan las insostenibles decisiones en materia de política económica que han llevado a una alta inflación, devaluación cambiaria, huida de capitales y estancamiento económico”.

Entre los problemas de la economía argentina, Moody’s menciona la inflación, los desequilibrios fiscales, el impacto negativo para el crecimiento de las altas tasas de interés del banco central y la rápida depreciación del peso.

“Los desafíos políticos también reducen el margen de maniobra del gobierno, con los sindicatos resistiendo los esfuerzos oficiales para mantener los aumentos de salarios por debajo de la expectativa inflacionaria”, agregó.

En tanto, Argentina asistió en los últimos meses a un aumento generalizado de precios, especialmente desde enero cuando el peso se devaluó 18% frente al dólar.

Este lunes, el gobierno dio a conocer una inflación de 3,4% en febrero, 0,3 puntos porcentuales inferior a la de enero, según el nuevo Indice de Precios elaborado con asesoramiento del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Frente a la tensión con el tipo de cambio, la presidenta Cristina Kirchner hizo duplicar la tasa de interés de referencia hasta 30%, como en los planes de ajuste tradicional, según economistas.

Cabe señalar que el Banco Central obligó a bancos a desprenderse de un 70% de inversiones en dólares y las autoridades lograron que los poderosos grupos exportadores de cereales volvieran a liquidar divisas, lo que frenó la corrida y estabilizó lo que parecía el comienzo de una crisis.