El domingo pasado, analizamos las situaciones que estaban dándose en Ucrania y en Venezuela, y lo que dedujimos de nuestro análisis se cumplió, al pie de la letra, y en un tiempo récord de 7 días.

En Ucrania, el país se encuentra ya escindido en dos zonas: una, al oriente y al sur, rechaza categóricamente al gobierno golpista, defiende la mantención de lazos económicos y la integración con Rusia, y el recién electo primer ministro de Crimea, Sergei Axiónov, convocó oficialmente a la ciudadanía a un plebiscito que se realizará el 30 de marzo, y en el que se decidirá incrementar la autonomía de la República de Crimea, y ejercer su propio gobierno hasta que Ucrania resuelta la crisis constitucional y elija un gobierno legítimo.

Mientras, la crisis venezolana también se está diluyendo, y también se diluyó otro sueño delicioso de Washington: el sueño de arrinconar a Venezuela, o de someterla a una intervención internacional, como deseaba el Secretario de Estado John Kerry.

Y por fortuna, Chile no pasará el trance de participar en una intervención como deseaba el senador republicano John McCain, quien quería una fuerza interventora conducida y financiada por Estados Unidos, pero materializada por interventores de Chile, Perú y Colombia.

Escucha la crónica completa de Ruperto Concha, a continuación: