Cuando se anunció que Carolina de Moras estaría a cargo de la animación en la versión 2014 del Festival de Viña del Mar, muchos fruncieron el ceño.

No era de extrañar. Desde que se integró al equipo de conducción del “Buenos Días a Todos” en TVN, aún en la época de Felipe Camiroaga, cultivó gran cantidad de detractores debido a lo que se juzgaban como carencias en su estilo, al punto de culparla por la baja en rating que el matinal de la emisora estatal había sufrido durante los últimos meses.

De ahí que tenerla al frente del escenario más importante de Latinoamérica fuera interpretado como un suicidio profesional.

Sin embargo tras concluir la 55º versión del certamen viñamarino, la modelo parece haber salido fortalecida, para disgusto de sus críticos.

En sus puntos positivos, De Moras se encargó de lucir como nunca su figura, desde cuya altura podía opacar incluso al experimentado Rafael Araneda. No se trata sólo de su acervo genético, ya que su buen gusto en el vestir derivado de su conocimiento de las pasarelas le permitió deslumbrar en cada noche sobre la Quinta Vergara, contrastando de inmediato con las criticadas elecciones de su antecesora, Eva Gómez.

David Cortés | Agencia Uno

David Cortés | Agencia Uno

El segundo elemento que le permitió destacar fue su dominio del inglés, gracias al cual logró comunicarse a la perfección con Rod Stewart. Hace mucho tiempo no se escuchaba aquella fluidez en el manejo del idioma anglosajón -quizá con la excepción de Sergio Lagos- y nuevamente marcó un punto sobre Eva Gómez, quien se ganó las burlas de las redes sociales tras pedir una “antorch” para Jonas Brothers.

Pero quizá el mayor punto a favor para la osornina fue su espontaneidad, ya fuera para bailar cumbia o admitir entre risas sus errores. Esta franqueza para comunicarse le permitió emocionarse genuinamente con el público durante la 2º noche del Festival, cuando la Quinta Vergara le cantó a coro por su cumpleaños, a una señal de Rafael Araneda. Desde aquel momento, su éxito para las jornadas siguientes quedó asegurado.

Por desgracia, la espontaneidad de De Moras es también un arma de doble filo, que mezclada con los nervios dieron pie a una inseguridad que reflotaba continuamente durante sus apariciones en escena.

Esto porque en numerosas ocasiones, se pudo apreciar a la conductora dudando entre dejarse llevar por el momento – como bien sabe hacer Rafael Araneda, o recurrir a los discursos que había aprendido previamente, los cuales entregaba plagados de vacilaciones, errores y problemas de pronunciación. Una serie que se vio amalgamada tras interrumpir la actuación de Jesse & Joy cuando aún no finalizaban uno de sus temas.

Si Carolina de Moras aprende de esta experiencia, es probable que pueda llegar a convertirse en una de las mejores animadoras que haya tenido el Festival de Viña del Mar en la última década.

Lamentablemente, existe la posibilidad de que no podamos averiguarlo.

La razón es que este año se licita nuevamente el Festival de Viña del Mar, existiendo fuertes rumores de que MEGA pondrá todos los nuevos recursos que tiene a su disposición para que el evento vuelva a sus pantallas. Esto, sumado a las numerosas críticas que se ha granjeado Chilevisión por la conducción del Festival, ponen en riesgo que De Moras pise el escenario de la Quinta Vergara en su versión 56º.

Pero aunque no lo haga, hay algo que De Moras sí puede decir con toda confianza: “Misión cumplida”.

David Cortés | Agencia Uno

David Cortés | Agencia Uno