El parlamento ucraniano liberó el sábado a la opositora y ex primera ministra Yulia Timoshenko y convocó elecciones presidenciales anticipadas en mayo, destituyendo de facto al presidente Viktor Yanukovich, quien, por su parte, se niega a dimitir y denuncia un “golpe de Estado”.

La emblemática figura de la “Revolución Naranja” de 2004, con su característica trenza rubia en forma de corona, saludó a sus partidarios al salir del hospital en Jarkov (este), donde estaba internada bajo custodia para ser tratada de problemas de espalda.

Sus allegados anunciaron que se trasladó inmediatamente a Maidán, la plaza de la independencia en el centro de Kiev.

“La dictadura ha caído, no gracias a los políticos y diplomáticos, sino gracias a la gente que salió a las calles, que logró proteger a sus familias y a su país”, declaró Timoshenko, rindiendo homenaje a los cientos de miles de personas que manifiestan desde hace tres meses su oposición al régimen.

El parlamento había votado previamente la “liberación inmediata” de la ex primera ministra.

Los diputados constataron luego lo que consideraron como un vacío del poder y destituyeron de facto al jefe del Estado.

El presidente Yanukovich “ya no ejerce sus funciones”, indica la resolución adoptada por los diputados, y convocaron elecciones presidenciales anticipadas para el 25 de mayo.

El ejército se mantiene neutro

Sin embargo, Viktor Yanukovich, cuyo mandato se extiende hasta marzo de 2015, aseguró que no tiene la intención de dejar el poder.

“Hay un golpe de Estado en el país. No tengo la intención de presentar mi dimisión. Soy un presidente electo legítimamente”, declaró desde Jarkov, en el este de Ucrania, en una alocución televisiva grabada en una fecha desconocida.

Rápidamente recibió el apoyo de su aliado, Rusia, que estimó que “la oposición no ha cumplido una sola de sus obligaciones” del acuerdo suscrito el viernes con el presidente y denunció a “extremistas armados y saqueadores que representan una amenaza para la soberanía de Ucrania”.

El presidente del Parlamento Olexandre Turchinov dijo que el jefe de Estado se encuentra actualmente escondido en alguna parte en la región de Donetsk”, una región pro-rusa en el este de Ucrania, en donde nació.

“Intentó tomar un avión hacia Rusia, pero guardias fronterizos se lo impidieron”, aseguró el flamante presidente del parlamento.

Si bien el acuerdo que firmó el viernes prevé la pronta adopción de las medidas votadas en el parlamento en vista de la formación de un gobierno de unidad nacional, Yanukovich dijo que “no firmará nada con los bandidos que aterrorizan al país”.

“No hay un golpe de Estado en Kiev. los edificios oficiales fueron abandonados. El presidente del Parlamento fue electo legítimamente”, respondió inmediatamente el ministro polaco de Relaciones Exteriores, Radoslaw Sikorski, quien participó en las negociaciones entre la oposición y el gobierno.

La policía declaró estar “del lado del pueblo”, en un comunicado publicado en nombre de todos los efectivos del ministerio del Interior en su página web.

Por su parte, el ejército, aseguró, también en un comunicado, que “no se involucrará de ninguna manera” en la crisis política.

Amenaza sobre la integridad territorial

Dos allegados de Yulia Timoshenko fueron designados al frente del Parlamento y del ministerio del Interior, con el objetivo de restablecer el funcionamiento de las instituciones.

En Jarkov, responsables de las regiones pro-rusas del este pusieron en duda la “legitimidad” del Parlamento ucraniano, considerando que está “bajo la amenaza de las armas”.

“La integridad territorial y la seguridad de Ucrania están amenazadas”, estimaron.

Ucrania, con 46 millones de habitantes, está dividido entre el este de habla rusa, mayoritario, y el oeste nacionalista, en donde se habla ucraniano.

En las afueras de Kiev, se formó un inmenso embotellamiento el sábado, provocado por curiosos que acudieron masivamente a la lujosa residencia presidencial, completamente abandonada.

Delicada situación económica

Miles de personas acudían el sábado a la céntrica plaza de la Independencia de la capital, con velas y flores. En un podio erigido en medio de la plaza, se observan fotografías de los manifestantes muertos, junto a la inscripción “gloria a los héroes”.

“Debemos rendir homenaje a aquellos que murieron por nosotros, debemos estar orgullosas de seguir nuestra lucha hasta el final, explicó Natalia, una manifestante.

Al menos 80 personas han muerto desde el martes en Kiev en choques entre manifestantes y fuerzas del orden. Un nivel de violencia inédito para este joven país que se independizó de la Unión Soviética hace 22 años.

Ucrania se encuentra al borde de la bancarrota y necesita urgentemente ayuda financiera.

Precisamente esta situación fue la que condujo a Yanukovich a anunciar en noviembre, de forma repentina, una suspensión de las negociaciones sobre un acuerdo de asociación con la Unión Europea, para centrarse en reforzar las relaciones económicas con Moscú.

Rusia le prometió un crédito de 15.000 millones de dólares y una rebaja importante en el precio del gas. A finales de diciembre le entregó 3.000 millones, pero esta semana anuló un nuevo tramo de 2.000 millones, y la entrega del monto restante es incierta.

La Unión Europea (UE) prometió una ayuda financiera, mucho más modesta, de alrededor 610 millones de euros.