Argentina anunció este viernes la creación de una secretaría de las Malvinas, un organismo a cargo de poner en marcha la política argentina sobre el archipiélago del Atlántico, actualmente en poder del Reino Unido y cuya soberanía es reivindicada por Buenos Aires.

Al frente de esta nueva secretaría, que dependerá del ministerio de Relaciones Exteriores, estará el ex ministro de Educación, Ciencia y Tecnología (2003-2007) Daniel Filmus, un político afín a la presidenta argentina Cristina Fernández.

Argentina reivindica el archipiélago situado a 500 kilómetros de las costas de la Patagonia y a 14.000 kilómetros de Londres, que los británicos controlan desde 1833.

El ex dictador argentino, Leopoldo Galtieri, ordenó una invasión militar en 1982, que provocó un conflicto bélico que causó 900 muertos entre ambos bandos y la derrota de los argentinos.

Argentina desea “recuperar las islas de manera pacífica”, según un comunicado del ministerio de Relaciones Exteriores.

La creación de esta secretaría de Asuntos Relativos a las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes en el Atlántico Sur “es una reafirmación del compromiso por una causa (…) que concierne a las personas que han luchado por el fin del colonialismo y el respeto de la integridad territorial de las naciones independientes”, agregó el comunicado.

“La Secretaría implementará las estrategias y acciones desde el punto de vista de la política exterior en las relaciones con todos los países para la mejor defensa de los derechos e intereses argentinos respecto a la Cuestión Malvinas y coordinará con la secretaría de Relaciones Exteriores los cursos de acción pertinentes en el ámbito multilateral”, señaló.

La Presidenta se apoya en una resolución de la ONU de 1965 para reclamar un diálogo bilateral con los británicos, que Londres rechaza. Al contrario, el Reino Unido organizó un referéndum en marzo entre los habitantes del archipiélago, que reafirmaron su adhesión a la corona británica.

El descubrimiento y la eventual explotación de petróleo cerca del archipiélago ha sido otro de los motivos de controversia entre ambos países.