El serbio Novak Djokovic reconoció la importancia que ha tenido el tenis en su vida, especialmente para sortear las dificultades que tuvo en su niñez por la guerra que se desarrollaban en su país.

Tras arribar a Argentina para continuar con la gira de exhibiciones que comparte con Rafael Nadal, Djokovic comentó -en entrevista con el diario trasandino La Nación- que “la guerra es algo que no le deseo a nadie, es destrucción, es perder familias, perder a los seres queridos y el país atacado tarda muchísimos años en recuperarse”, por lo que vivir su infancia en ese contexto de conflicto “incidió en mi enfoque como profesional y también en poder dedicarme más al deporte. El tenis fue una bendición”.

El actual número 2 del mundo profundizó en el afecto que siente por su disciplina. “En mi familia nadie jugó al tenis antes que yo. Cuando tenía cuatro años lo vi por TV, mi papá y mi mamá tenían un restaurante en la montaña, en Serbia, y por allí cerca había tres canchas de tenis. Yo vi cómo las construyeron y me fui enamorando. Mi amor por este deporte es muy grande“, agregando que “más allá de que yo venía de un país en guerra y con crisis económica, en el que era prácticamente imposible ser un profesional del tenis, el deporte me ha ofrecido todo, incluso más que el éxito deportivo. Me regaló viajar por el mundo, conocer gente, culturas…En cierto modo, el tenis me salvó la vida“.

Al ser consultado sobre qué habría sido de su vida sino se hubiese dedicado al deporte, Nole cree que, como el restaurante de su familia estaba ubicado en una pista de esquí en los Alpes “quizá me hubiera quedado en la montaña, limpiando la nieve a las cinco de la mañana para los esquiadores”.

Más centrado en el juego, Djokovic cree que “es difícil evaluar si este es el mejor tenis de la historia, porque no recuerdo la época de Borg, Connors, McEnroe. Sí de Sampras, Agassi, Edberg y que el nivel en ese momento también era alto, el talento que poseían era maravilloso”. “Físicamente hoy es mucho más exigente de lo que era hace 20 años y cada generación tiene sus propios campeones, sus propias rivalidades, que han dejado un gran legado para que la gente pueda atesorar y apreciar esos momentos” concluyó.