La Ópera de la Ciudad de Nueva York, la segunda detrás de la Metropolitana, parecía condenada el lunes a declarar su quiebra, ante la imposibilidad de recaudar los 7 millones de dólares necesarios para financiar su temporada.

“Vamos a anular nuestra temporada y presentar la quiebra si antes del lunes a medianoche no tenemos los fondos para financiar este año”, advirtió el fin de semana su director artístico, George Steel.

El lunes por la mañana, la ópera solo había obtenido 2 de los 7 millones necesarios.

La Ópera de la Ciudad de Nueva York, apodada la “Ópera del pueblo”, fue creada en 1944 con el objetivo de volver este espectáculo más accesible con precios razonables.

Fue en esta ópera que el español Plácido Domingo o la soprano estadounidense Beverly Sills lanzaron sus carreras en los años 60.

Pero desde hace años se enfrenta a dificultades financieras persistentes y el consejo de administración decidió la semana pasada que presentaría la quiebra luego del lunes si no se conseguía el dinero en cuestión.

La representación el sábado por la noche de “Anna Nicole” en la Academia Musical de Brooklyn estuvo cargada de gran emoción y algunos músicos no pudieron contener las lágrimas al saludar a la sala en lo que habría sido la última velada de la ópera.

Plácido Domingo lamentó esta muerte anunciada.

“Soy uno de los muy numerosos cantantes que recibió una formación e impulsos esenciales de esta compañía durante sus 70 años de existencia”, declaró al Wall Street Journal.

“Es terrible que una ciudad tan grande y tan rica como Nueva York no pueda apoyar una segunda ópera”, agregó.

La Ópera de la Ciudad de Nueva York, que también ofrece programas educativos a miles de niños, fue parte del Lincoln Center desde 1966 hasta 2010, pero sus problemas financieros la llevaron luego a instalarse en el sur de Manhattan y a disminuir notablemente su producción.