Una ola de atentados dejó al menos 46 muertos y más de 130 heridos este domingo en varios lugares de Irak, donde el jefe de la asamblea provincial de Bagdad salió ileso de uno de ellos.

La violencia había disminuido desde su período de mayor auge, entre 2006 y 2007, pero se ha intensificado en los últimos meses y es casi diaria en Irak, con más de 4.100 muertos desde principios de año, según una estimación de la AFP basada en fuentes médicas y policiales.

Las autoridades han restringido sensiblemente las posibilidades de desplazarse en la capital y en otras zonas del país y llevan a cabo operaciones contra los insurgentes, pero no logran evitar los atentados.

Este domingo al menos 17 coches bomba estallaron en una docena de localidades en todo el país, dejando 46 víctimas mortales y más de 130 heridos, según las autoridades y fuentes médicas.

En Hilla y sus alrededores, en el sur del país, 19 personas murieron en la explosión de cuatro coches bomba.

“Vi a mucha gente con quemaduras y gente prendida fuego pidiendo ayuda a gritos”, dijo Sayad al Amari, de 22 años de edad, quien fue testigo de una de estas explosiones.

Otro testigo, Karrar Ahmed, afirmó haber visto “a muchos dueños de negocios arrojados al suelo, muchos muertos y heridos, tirados en el suelo, en medio de los productos de sus tiendas”.

Ningún grupo reivindicó la autoría de los atentados, pero militantes sunitas relacionados con Al Qaida se atribuyeron la responsabilidad de una serie de ataques cometidos en los últimos meses en la capital y en el centro de Irak. Estos ataques suelen estar dirigidos contra los chiitas, a los que califican de apóstatas.

No obstante, en Bagdad, un coche bomba explotó al paso del convoy del jefe de la asamblea provincial y legislador sunita Riyad al Adhad. Este último salió ileso, pero dos personas, incluyendo uno de sus guardaespaldas, murieron y otras cuatro resultaron heridas.

La explosión hizo añicos las ventanas de los negocios vecinos y los edificios y las fuerzas de seguridad acordonaron la zona, constató la AFP.

Otro coche bomba mató el domingo en Bagdad a otras tres personas, además otro estalló en un mercado de las afueras de la ciudad de Basora (sur), causando la muerte de tres personas y dejando 15 heridos más, según las autoridades locales.

Otros atentados al sur de Bagdad dejaron nueve muertos, y varios ataques y bombas en los alrededores de las ciudades norteñas y del oeste de Abu Ghraib, Baquba, Sharqat, Kirkuk y Mosul, dejaron un total de 10 muertos.

El sábado, al menos 26 personas murieron y 46 resultaron heridas cuando un kamikaze hizo explotar una bomba en un funeral en el norte de Irak, cerca de Mosul. El viernes un doble atentado con bomba había dejado 30 muertos ante una mezquita donde sunitas y chiitas fueron invitados a orar juntos, al norte de la capital.

Por lo menos 112.000 civiles murieron en Irak en los 10 años transcurridos desde la invasión de 2003 dirigida por Estados Unidos, que derrocó a Sadam Husein, según un informe publicado en marzo.

La minoría sunita, que dirigió el país desde su nacimiento, tras la Primera Guerra Mundial, hasta el derrocamiento de Sadam Husein en 2003, acusa al gobierno de marginar a su comunidad.