Una vez superada la decepción por la eliminación de Madrid para organizar los juegos olímpicos de 2020, se multiplicaban en España las mofas sobre el discurso de la alcaldesa de la ciudad, la conservadora Ana Botella, y su inglés vacilante.

Desde que Botella, esposa del exjefe de gobierno José María Aznar, ensalzase el sábado ante los miembros del Comité Olímpico Internacional los méritos de “a relaxing cup of café con leche in Plaza Mayor” (una relajante taza de café con leche en la plaza mayor), esta se convirtió en la expresión más comentada en las redes sociales.

El discurso que pronunció en Buenos Aires, recitado en un inglés con fuerte acento español y plagado de esterotipos, no dejó indiferentes a sus compatriotas, muy dados a la irrisión.

Así, el lunes se podía encontrar ya en internet, a la venta por 18 euros (unos 24 dólares), una camiseta que, parodiando el logotipo de una conocida cadena de cafés, mostraba el rostro de la alcaldesa rodeada de la ya famosa frase.

En YouTube, un video visto decenas de miles de veces mostraba la intervención completa de Botella subtitulada en un inglés fonético que ridiculizaba su pronunciación y el discurso sirvió de base para mezclas de ritmos “dubstep” o “dance”.

El lunes a mediodía, en la red social Twitter, los ‘hashtag’ #relaxingcup y #AnaBotella disfrutaban de una gran difusión y la cuenta @Relaxingcup tenía más de 10.000 abonados.

Pero las bromas se mezclaban también con los comentarios indignados sobre la falta de formación en lenguas extranjeras de los políticos españoles en un país donde, con un desempleo de 26,26%, incluso los jóvenes universitarios se debaten por encontrar un trabajo.

Botella, que esta vez hizo el esfuerzo de hablar en inglés, ya fue objeto de mofa en el pasado en España por sus sonadas pifias.

Solo el heredero a la corona, el príncipe Felipe, dio su discurso en tres idiomas -inglés, español y francés- el sábado, mientras el jefe del gobierno, el conservador Mariano Rajoy, se limitó al español.

Personalidad política controvertida, la esposa de Aznar, de 59 años, entró en política en 2003. Botella tomó las riendas del ayuntamiento madrileño en diciembre de 2011 sin pasar por las urnas, a raíz de la renuncia del alcalde Alberto Ruiz-Gallardon, nombrado ministro de Justicia.