Al menos 42 personas murieron y más de 100 resultaron heridas el martes en Irak, la mayoría en una serie de atentados con autos bomba en zonas de población chiita de Bagdad, según un balance de fuentes médicas y de los servicios de seguridad.

La mayor matanza, de por lo menos 33 personas, fue provocada por 11 vehículos bomba, seis días después de una ola de atentados con bombas que había dejado 70 muertos en la capital y sus suburbios.

Ninguna organización reivindicó hasta el momento los atentados del martes, que también dejaron más de 100 heridos, aunque la mayoría chiita suele ser blanco de ataques de comandos sunitas vinculados a Al Qaida, que los consideran como apóstatas del islam.

Una de las explosiones se produjo en el céntrico distrito de Karrada, frente a una heladería, con saldo de por lo menos seis muertos y 17 heridos.

Otras nueve personas fueron abatidas durante el día, entre ellas un miembro de las milicias sunitas Sahwas que se oponen a Al Qaida, asesinado junto a su esposa y sus tres hijos en su vivienda del sur de Bagdad, indicó una fuente médica y otra de las fuerzas de seguridad.

Más de 3.800 personas murieron en Irak en lo que va de 2013, según balance establecido por la AFP. Estas nuevas carnicerías incrementan el temor de que Irak vuelva a hundirse en un conflicto confesional como el que dejó en 2006-2007 decenas de miles de muertos.

Según los especialistas, los atentados se proponen impedir la estabilización del país, diez años después de la invasión estadounidense que derrocó a Sadam Husein.

La espiral de violencia coincide con un creciente descontento de la minoría sunita (a la que pertenecía Sadam), que acusa al poder de una práctica generalizada de detenciones arbitrarias.