La mañana de este lunes, Estados Unidos anunció los planes para reducir las sentencias de prisión obligatoria para usuarios de estupefacientes, que son “contraproducentes”, según el departamento de Justicia que busca medidas para disminuir la población carcelaria.

En un discurso en San Francisco, ante una asociación de abogados, el fiscal general, Eric Holder llamó a “mantenerse estrictos”, pero siendo “mas inteligentes” respecto a la criminalidad.

“Mientras la población total de Estados Unidos creció en una tercera parte desde 1980, la población carcelaria ha aumentado 800%, una tasa espantosa”, dijo Holder.

Estados Unidos “representa un 5% de la población mundial”, sin embargo, tiene “casi una cuarta parte de los prisioneros en el mundo”, dijo.

De los 219.000 detenidos en las prisiones estadounidenses, “casi la mitad están condenados por temas de drogas”, indicó Holder, quien igualmente insistió el costo que implica mantener a esos detenidos para la sociedad: “80.000 millones de dólares por año tan solo en 2010″.

Asimismo, dijo que se deben repensar “algunas reglas como la que hace obligatorias condenas a prisión para algunos delitos relacionados con el narcotráfico”, así como algunas leyes que hacen inflexible el cumplimiento de estas penas y limitan las posibilidades de jueces, fiscales y jurados para aligerarlas, añadió.

Holder señaló que algunas de estas disposiciones como las establecidas por el congreso estadounidense en 1986 y 1988, “contribuyen a alimentar la falta de respeto por el sistema (judicial). Y al ser aplicadas de forma indiscriminada, tampoco contribuyen a la seguridad pública (…) y son al fin de cuentas contraproducentes”.

El fiscal general, manifestó su deseo de que el Congreso pueda trabajar en una nueva legislación para aliviar las penas. Al mismo tiempo, reclamó a los fiscales que algunos acusados en casos de drogas a pequeña escala y no violentos, que no tengan lazos con organizaciones criminales, bandas o carteles, no sean afectados con castigos tan severos.