La presencia de gas metano, generado por residuos de crudo derramados hace 80 años, y de solventes fueron la causa de una explosión con “efecto de abombamiento” en la sede de Pemex en la capital mexicana en enero que dejó un saldo de 37 muertos, informó el viernes la fiscalía.

“Se sumaron una serie de particularidades que dieron origen a la explosión”, dijo la fiscalía en un comunicado al dar a conocer el resultado del peritaje realizado por expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

En primer lugar está “la presencia del metano de origen biológico acumulado a lo largo del tiempo”, así como vapores provenientes de materiales solventes, que al estar en un espacio confinado, generaron un elemento de “ignición causando el estallido”, precisó la Procuraduría General de la República (fiscalía general).

El peritaje arrojó que en el lugar donde se originó la explosión, el 31 de enero, había capas de sedimento impregnado de hidrocarburos que se derramaron cuando estuvo en el mismo lugar una antigua empresa de petróleo en la década de 1930.

Los peritos comprobaron también que en diferentes capas del subsuelo había microorganismos productores de metano, que se desarrollaron en condiciones óptimas al estar en contacto con los hidrocarburos, lo que “potencializó su crecimiento y reproducción”.