En la Universidad Católica seguramente quieren que llegue el fin de semana para comenzar el torneo nacional.

Y es que el ánimo de revancha en “los cruzados” está a flor de piel, luego de pelear hasta las últimas fechas el Campeonato de Transición ante la Unión Española y caer en la final de la Copa Chile ante su máximo rival, la Universidad de Chile.

Por lo mismo, no extrañó que, más allá de los esfuerzos económicos de la dirigencia, los argentinos Tomás Costa e Ismael Sosa confirmaran su continuidad en el elenco de Las Condes, en búsqueda del desquite y la estrella número once para la institución.

¿Qué ventaja tiene la UC? Una base consolidada. El uruguayo Martín Lasarte tiene, salvo pocas excepciones, el mismo plantel que trabajó la anterior temporada.

Esto porque emigraron de la escuadra universitaria Carlos Villanueva y Carlos Bueno, dos jugadores que tampoco tuvieron un paso muy regular por San Carlos. Aunque podría sumarse Nicolás Castillo, quien desea sí o sí continuar su carrera en Europa.

Además, ante la llegada del trasandino Franco Costanzo como alternativa en el pórtico, Fabián Cerda desea partir en calidad de préstamo para ganar mayor continuidad.

Recordemos que también a defender “la franja” llegó el atacante José Luis Muñoz, quien ya se las arregló para marcar en tres ocasiones por Copa Chile.

A todo lo anterior se suma la importante camada de inferiores que vienen de lograr el título de la categoría sub-19. Así, se espera que apellidos como Manzano, Maripán, Fernández, Mendiburo, Gaínza y Lüttecke puedan escucharse con mayor regularidad, debido a que la Católica disputará tres competencias (Torneo Nacional, Copa Chile y Copa Sudamericana).

De esta manera, el cuadro precordillerano enfrentará la temporada con una interesante mezcla entre experimentados y jóvenes talentos de proyección… eso sí, con casi todos sus jugadores formados en casa.