Profesores inconformes con la nueva ley de educación de México atacaron el miércoles las sedes de partidos políticos en Guerrero, al sur del país.

Incluso prendieron fuego a las oficinas del oficialista PRI, luego de que el Congreso estatal aprobara un dictamen contrario a sus demandas.

Miles de integrantes de la Coordinadora Estatal de los Trabajadores de la Educación en Guerrero (CETEG) marcharon por el centro de Chilpancingo, la capital estatal, y se dirigieron a la sede del Partido Revolucionario Institucional (PRI), al que pertenece el presidente Enrique Peña Nieto, quien impulsó la reforma que condiciona los ascensos e ingresos de profesores a evaluaciones periódicas, entre otros puntos.

El martes, los diputados de Guerrero aprobaron estas medidas en una sede alterna a la del Congreso, resguardada por 300 policías.

Las oficinas del PRI fueron violentamente saqueadas por los manifestantes que, encapuchados y armados con palos y tubos, rompieron vidrios, ingresaron al interior y aventaron hacia la calle muebles, papeles y plantas. También rompieron una fotografía de Peña Nieto y prendieron fuego dentro del inmueble.

“El PRI, por supuesto, se muestra totalmente contrario en su posición de los que echan mano de la fuerza y hacen valer la irracionalidad y están en contra de todo y a favor de nada”, dijo a la televisora Milenio César Camacho, presidente del partido, quien advirtió que “es una muy mala señal y esto no debe quedar impune”.

Los profesores inconformes solicitan a los legisladores, entre otras cosas, un mecanismo de evaluación estatal controlado por ellos mismos, y que los egresados de la universidad de docentes obtuvieran automáticamente un puesto de trabajo en el sistema educativo.

Antes de arremeter contra las oficinas del PRI, los manifestantes, que incluían a integrantes de organizaciones campesinas y estudiantiles, pasaron por el Congreso, resguardado por policías, y se dirigieron a las sedes del Partido Acción Nacional (PAN, conservador), Partido Revolución Democrática (PRD, izquierda) y Movimiento Ciudadano (izquierda).

Algunos de los inconformes destruyeron las ventanas y accesos a las sedes de esos partidos, provocando crisis nerviosas entre los trabajadores que se encontraban en el interior de las oficinas, sin que hasta el momento se haya registrado la intervención de la fuerza pública.

Los manifestantes escribieron “Traidores del pueblo” en la entrada de las oficinas del PRD.

“Nosotros como municipio no tenemos la capacidad de enfrentar una turba de unas 4.000 o 5.000 personas”, dijo a Milenio Mario Moreno, alcalde de Chilpancingo, quién señaló que ya ha pedido el apoyo de fuerzas de seguridad federal.

Los estudiantes “han protagonizado desde hace tres días marchas, bloqueos y no creo que les convenga pues las consecuencias legales podrían ser graves”, dijo el secretario de Educación estatal, Jesús Sierra.

Los inconformes, que habían retenido dos camiones cisterna llenos de gasolina, según reportes de prensa, desbloquearon las dos carreteras más importantes de acceso a Morelia, capital estatal, tras un ultimátum de la secretaría de Seguridad Pública estatal.

En días pasados, también hubo manifestaciones contra la reforma educativa en Oaxaca, que junto con Guerrero y Michoacán alberga a las poblaciones más empobrecidas del país y con fuerte presencia indígena.