Luego de cinco años de frecuentes temporadas, la obra original de Luis Barrales inspirada en el caso real de las bellas adolescentes que escalaban edificios para robar, presenta su ciclo final.

Todo partió como un proyecto de un seminario de dirección teatral con Alfredo Castro. Daniela Aguayo (directora, que en esta versión encarna también a una de las protagonistas) se dio a la tarea de crear con la compañía que tenía en su escuela de teatro, una obra que tomara un caso de la contingencia nacional, pero jamás pensó en las repercusiones ni el nivel de éxito que alcanzaría con sistemáticas temporadas y presentaciones en Argentina, Brasil, México y otras partes de Chile.

“Nunca nos imaginamos que pasara lo que pasó, que además fue ayudado por una portada en los diarios del entonces diputado Monckeberg que decía que el gobierno financiaba la delincuencia”, relata Aguayo sobre los inicios de la puesta que terminó con sendas filas para verla en la versión de ese año del Festival Santiago a Mil.

Se trata de Niñas araña –premiada por el Círculo de Críticos de Arte como mejor estreno 2008-, que llevó a las tablas la historia de las adolescentes que escalaban edificios del sector oriente de la capital para robar. En la ficción se representan por Yasna (13) que cumple el rol de líder del grupo, Elizabeth (17) apodada la Bonita, preocupada de la televisión y las celebridades; y Nicole (15) que tiene ocho meses de embarazo.

“Un historiador nos dijo que las Araña representan la clásica pregunta de cuál es tu apellido, dónde vives y en qué colegios vas, y ellas no pueden responder ninguna de ellas. Yo soy bastante pesimista al respecto porque eso sigue siendo así. Es muy difícil romper el círculo”, continúa.

Para Isidora Stevenson, otra de las protagonistas, uno de los pilares de la obra es la existencia de temas universales que siempre se tocarán y harán eco en el público, en este caso la marginalidad. “Da cuenta de una realidad social. Y si tú vienes de un lugar donde no puedes acceder a lo que los comerciales y el sistema te imponen como felicidad, obvio que te va a dar rabia, obvio que vas a robar. Y no se trata de hacer una alegoría a la delincuencia sino de dejar de apuntar con el dedo y darnos cuenta que nosotros somos también responsables que eso ocurra”.

La obra se nutre de un texto escrito en rima “no de la típica, una muy oreja, tipo hip hop”, del autor Luis Barrales (La mala clase), altas dosis de sarcasmo y una puesta en escena que emula las azotea de los departamentos a los que entraban a veces para robar y otras para fingir por un rato que tenían la vida de quienes los habitaban. “Son muy lúcidas y es esa lucidez la que espanta un poco”, agregan.

“En la ironía del texto se refleja también el desconocimiento. La gente se ríe del piso de tierra pero la verdad es que existe. Yo vivo en Quilicura y hay muchas cosas que no me dan risa o que no las veo como las ve algún espectador”, cuenta Daniela Jiménez, la tercera arañita.

La intensa apuesta que trabaja el humor como herramienta para generar vulnerabilidad en el público y preparar así el terreno para clavar el mensaje final, tendrá su último ciclo en BiblioGAM con solo ocho funciones. “Le hemos sacado todo el jugo que pudimos. Nos ha traído hartos regalitos lindos. Y despedirse en GAM, es hacerlo en grande”, advierten sobre sus funciones finales.

“Hay algo mágico en esta obra, se sumaron muchas cosas. El viaje de las Araña ha acompañado también nuestras vidas. Pensar en la última función ya nos emociona, así que los invitamos porque de verdad no se va a volver a repetir y porque de nosotros depende que no haya más niñas araña en Chile ni en ninguna parte”.

Desde el 4 al 26 de abril, jueves y viernes a las 21:00 hrs.
BiblioGAM
$4.000 y $3.000