El grupo español Pescanova, especialista de productos de mar congelados, pidió el viernes ser declarado en cesación de pagos, constatando la imposibilidad de lograr un acuerdo con sus acreedores.

“Dado que no parece posible alcanzar, a corto plazo, un acuerdo con los acreedores de la sociedad y que su situación financiera presenta riesgo de deterioro, el Consejo de Administración, en aras de la preservación de la continuidad empresarial de Pescanova y de la protección de los intereses afectados, ha acordado solicitar voluntariamente, ante el Juzgado de lo Mercantil competente, la declaración de concurso de acreedores de Pescanova, S.A.”, anunció la empresa en un comunicado difundido la noche por el regulador bursátil español.

El grupo basado en Galicia está presente sobre toda la cadena del sector de productos de mar congelados, desde la actividad de pesca extractiva y la acuicultura hasta las góndolas de los supermercados. Emplea unas 10.000 personas.

Según la prensa española su deuda alcanza 2.700 millones de euros. Su volumen de negocios fue de 1.670 millones de euros en 2011.

Pescanova no publicó sus cuentas para el año 2012, y varios miembros del Consejo de Administración hicieron públicas sus críticas a la gestión del presidente del grupo, Manuel Fernández de Sousa.

El Consejo de Administración pidió igualmente el viernes que se revoque a la consultora a cargo de auditar las cuentas del grupo y anunció que decidió contratar una consultora especializada en la detección de fraudes contables.