La elección de un polémico pastor evangélico acusado de racista y homófobo, para presidir la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados ha despertado la indignación de movimientos sociales e intelectuales en Brasil.

Marco Feliciano, de 40 años y electo diputado en 2010 con 211.000 votos por el Partido Social Cristiano (PSC), se define como “pastor, cantante y empresario”, fundador de una Iglesia evangélica afiliada a la Asamblea de Dios.

El 7 de marzo fue electo presidente de la Comisión de Derechos Humanos y Minorías de manera sorpresiva, y desde entonces se repiten a diario las manifestaciones pidiendo su renuncia, en el Congreso y en muchas ciudades de Brasil.

Activistas entregaron este miércoles al partido de Feliciano 450.000 firmas pidiendo su renuncia, recopiladas a través de la organización internacional Avaaz, que moviliza campañas en internet.

Amnistía Internacional consideró el martes “inaceptable” que el pastor presida la comisión, por tener “posiciones claramente discriminatorias en relación a la población negra, homosexuales y mujeres”.

El presidente de la Cámara de Diputados, Henrique Eduardo Alves, había prometido una solución para el martes, pero el PSC decidió apoyar a Feliciano a toda costa.

“No voy a aceptar las presiones, pueden gritar, patalear”, dijo el miércoles Feliciano en un intento de presidir la caótica sesión de la Comisión que no había conseguido llevar adelante un debate en un mes, ante las protestas de los activistas. “Respeten. Quédense tranquilos, que Jesús es bueno”, afirmó.

Poco después tuvo que suspender la sesión para desalojar a los activistas de la sala, y pidió la detención de uno de estos por llamarlo racista: “en Brasil racismo es delito, ahora tendrá que probarlo”, dijo.

En el centro de la polémica están declaraciones de Feliciano en Twitter afirmando que el amor entre personas del mismo sexo lleva al “odio, al crimen, al rechazo” y que “los africanos descienden del ancestro maldecido por Noé”.

Feliciano asegura que no es ni racista ni homófobo.

“Son opiniones teológicas, religiosas, suyas como pastor evangélico; no interfieren en su mandato”, dijo a la AFP su asesor de prensa, Welington de Oliveira.

El asesor negó que el diputado haya declarado que las reivindicaciones de las mujeres por sus derechos pueden conducir a una sociedad homosexual, tal y como divulgó O Globo.

La prensa brasileña lo acusó de pagar a cinco pastores de su iglesia como asesores legislativos y de pedir tarjeta de crédito y seña a un fiel en un culto. El diario O Globo también divulgó un vídeo en el que el pastor afirmó que “Satanás está infiltrado en el gobierno” de Dilma Rousseff, en una acción “contra la familia”.

Feliciano nació en 1972 en Orlandia (interior de Sao Paulo). La biografía que divulga su iglesia destaca que a los siete años su padre lo llamó a trabajar como limpiabotas, lo cual lo ayudaría a “tener un carácter íntegro y recto”.

Antes de ser pastor estudió contabilidad, realizó estudios teológicos y en 1996 fundó su iglesia “Tempo do Avivamento”. Casado y padre de tres hijas, también vende discos, con voz rasgada de galán entregado a la religión.

Intelectuales y famosos, entre ellos el cantante Caetano Veloso, pidieron el lunes su renuncia.

“La comisión de DDHH y Minorías tiene un papel fundamental para debatir leyes y supervisar un área que afecta a un espectro muy grande de la sociedad que sufre vulnerabilidad y amenazas”, dijo a la AFP Mauricio Santoro, asesor de Amnistía Internacional. “Es inaceptable que la presida una persona que por sus declaraciones e historia representa lo opuesto”, concluyó.

El especialista del Instituto Analise Carlos Lopes recuerda que “la comisión de Derechos Humanos era una prioridad absoluta del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda, en el gobierno), hasta el punto que renunciaban a otras comisiones consideradas más importantes”.

“Pero en el poder, el PT pasó a tener otras prioridades y esa comisión fue siendo relegada” hasta caer ahora en manos del PSC, al que con 16 diputados le toca dirigir una comisión, dijo Lopes a la AFP.

Los evangélicos tienen una poderosa bancada, con 78 de los 513 diputados, que se opone al aborto y al matrimonio entre homosexuales, pero incluso hasta algunos evangélicos han criticado a Feliciano.