El Presidente estadounidense Barack Obama abordará este viernes el conflicto sirio durante una visita a Jordania, después de pedir a los israelíes y los palestinos que avancen hacia la paz.

Obama cerraba este viernes las últimas etapas, simbólicas, de su primera visita como presidente a Israel y los territorios palestinos.

El mandatario visitó primero en Jerusalén el Monte Herzl, donde está enterrado el ex primer ministro Yitzhak Rabin, y luego el memorial del Holocausto de Yad Vashem, en Jerusalén. Por la tarde prevé desplazarse a la basílica de la Natividad, en la ciudad palestina de Belén.

Siguiendo la costumbre judía, Obama depositó piedras en las tumbas de Theodor Herzl, padre del sionismo, y de Yitzhak Rabin, premio Nobel de la Paz asesinado por un activista israelí de extrema derecha en 1995. Para esta tumba, Obama trajo una piedra del memorial Martin Luther King de Washington.

Después de Yad Vashem, dedicado a la memoria de los seis millones de judíos víctimas del Holocausto nazi, donde denunció “la depravación del hombre” y “la barbarie”, Obama debía mantener un almuerzo privado con el primer ministro, Benjamin Netanyahu.

Tras ello, visitó esta jornada la basílica de la Natividad en Belén, construida donde se cree que nació Jesucristo.

Acompañado por su secretario de Estado, John Kerry, Obama fue recibido por el presidente palestino Mahmud Abas en la entrada de la basílica.

Finalmente irá a Jordania, donde pasará la noche.

Respecto al conflicto que arrastran ambas naciones, el pasado jueves, en un discurso vibrante a cientos de jóvenes israelíes en Jerusalén, el Presidente exhortó a Israel y a Palestina a escoger la paz, pero sin trazar una vía determinada para la creación de un Estado palestino.

“La paz es la única vía hacia la verdadera seguridad”, declaró Obama, pidiendo a “los palestinos que reconozcan que Israel es un Estado judío” y a los israelíes que “una Palestina independiente debe ser viable”.

De Irán a Siria

El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, volverá el sábado por la noche a Jerusalén, después de pasar 24 horas en Jordania con Obama, para hablar con Netanyahu de las próximas etapas del proceso de paz.

Después de consagrar una gran parte de su visita a Israel al programa nuclear iraní, y de asegurar a los responsables israelíes el apoyo “eterno” de Estados Unidos, Obama se ocupará en Jordania de la guerra civil en Siria, donde más de 70.000 personas han muerto desde hace dos años.

Jordania alberga unos 436.000 refugiados sirios, y los civiles siguen huyendo de los combates entre las fuerzas del presidente Bashar al Asad y los rebeldes.

El presidente estadounidense se negó a facilitar ayuda militar a los rebeldes, pero les ha acordado un apoyo logístico y cientos de millones de dólares de ayuda humanitaria.

En su discurso en Jerusalén, Obama reiteró que “Asad debe partir para que pueda comenzar el futuro de Siria”. También advirtió al régimen de Damasco contra “el uso de armas químicas contra el pueblo sirio o su entrega a grupos terroristas”.

La ONU anunció el jueves que investigará el supuesto uso de armas químicas en Siria, después de que los rebeldes y el gobierno se acusaran de ello mutuamente.