La tarde de este miércoles el argentino Jorge Bergoglio, de 76 años, fue elegido para suceder al papa Benedicto XVI. Jesuita y primer papa Latinoemericano, cuenta en su historial con una acusación por supuesta responsabilidad en el secuestro de dos sacerdotes en 1976.

En la elección del papa en el 2005 para suceder a Juan Pablo II, Bergoglio obutvo la segunda mayoría para dirigir la iglesia Católica. Sin embargo, 3 días antes del anuncio oficial de Joseph A. Ratzinger como el nuevo papa, el abogado defensor de derechos humanos Marcelo Parrilli presentó una acusación en contra del ex cardenal Jorge Bergoglio ante la justicia argentina.

La presentación responsabilizaba a Bergoglio del secuestro de 2 jesuitas por efectivos de la dictadura militar, según el diario Clarín de Buenos Aires, pero no especifica cuál es esa responsabilidad. Los dos sacerdotes fueron liberados después de cinco meses.

“Es una vieja calumnia”, dijo el portavoz de Bergoglio, el padre Guillermo Marcó.

Según la ley argentina, puede presentarse una acusación aún con evidencias mínimas. El tribunal decide si hay lugar a investigar y formular cargos.

La acusación contra Bergoglio en el secuestro de los sacerdotes Orlando Yorio y Francisco Jalics no es nada nuevo, y aparece en un libro recientemente publicado del periodista argentino Horacio Verbitsky.

Marcó calificó a Verbitsky como “un señor de dudosa fama que se hace propaganda para vender un libro” y que “aprovecha este momento”.

“Pruebas no hay ninguna”, afirmó Marcó. “Nunca aparece nadie hablando con nombre y apellido. De los dos, uno se murió y el padre Jalics estuvo en el jubileo del 2000 junto con el cardenal, con quien tiene buenas relaciones y hay fotos de los dos juntos”.

En mayo de 1976, en medio de la dictadura militar, Yorio y Jalics fueron secuestrados por los grupos de tareas de la Marina. Aparecieron drogados y semidesnudos cinco meses más tarde en un campo de las afueras de Buenos Aires.

Bergoglio era en ese entonces el superior de la Compañía de Jesús de Argentina y varios de sus colegas se vieron tentados a tomar las armas contra la dictadura.

Algunos testimonios sugieren que los sacerdotes estaban en conflicto con la Compañía de Jesús debido a su activismo. Bergoglio les había pedido que abandonaran su tarea pastoral en las villas miseria —barrios misérrimos— hasta que la situación política mejorara. Ante la negativa de ambos curas, Bergoglio decidió separarlos de la orden.

Sin embargo, otros testigos aseguran que fue Bergoglio quien exigió al entonces jefe de la Marina, Emilio Massera, la libertad de los religiosos.

Tras el incidente, Bergoglio fue removido como superior de los jesuitas en 1979. A partir de allí, el sacerdote se sumergió en el ostracismo, hasta que en 1992 fue designado obispo auxiliar de Buenos Aires y comenzó su carrera ascendente en la jerarquía eclesiástica.