Este jueves a las 16:00 horas, Joseph Ratzinger, más conocido como Benedicto XVI dejó, oficialmente, de ser Papa y se trasladó a Castelgandolfo, donde permanecerá por los próximos dos meses.
Cuando sonaron las ocho en punto en el campanario de Castelgandolfo (19:00 GMT), la bandera del Vaticano descendió a media asta y los guardias uniformados cerraron las dos grandes puertas de la residencia papal, marcando simbólicamente el fin de este pontificado, según indicó la AFP.
Benedicto XVI dijo adiós a sus fieles el miércoles en la plaza de San Pedro, donde enfatizó que Dios no abandonara a la Iglesia y no la dejará hundirse. Horas antes del fin oficial de su periodo, Ratzinger, se despidió en la plaza de Castelgandolfo en un último acto como Papa.
Tal como había anunciado el 11 de febrero pasado, Ratzinger abandonó el Vaticano y junto con esto su cargo como Sumo Pontífice de la Iglesia Católica, por tanto, la institución entra oficialmente en periodo de “Sede Vacante” y queda a la espera de la celebración de un cónclave para elegir al próximo Papa.
Benedicto XVI, quien prometió convertirse en un simple peregrino tras su renuncia, conservará el título de Papa “emérito” tras su renuncia, por lo que se especula que mantendrá una cercana relación con su sucesor.
La reunión para elegir a la nueva autoridad, quedó fijada para alguna fecha cercana a la Semana Santa, indicaron en un principio las fuentes del Vaticano, sin embargo, se habría adelantado para el próximo lunes 4, según indicó este jueves el vocero de la Santa Sede, Federico Lombardi.
En esta ocasión participarán 115 cardenales y el ganador debe contar con dos tercios de los votos, es decir 77, como indica la infografía explicativa publicada por BioBioChile.
Pese a que aún no existe una nómina oficial de papables, entre los nombres que suenan para asumir este cargo se encuentran los cardenales brasileños Claudio Hummes y Joao Braz de Aviz, así como el filipino Luis Antonio Tagle, el canadiense Marc Ouellet y el posible “papa Negro”, el ghanés Peter Turkson.
