Un llamado de alerta ante las posibles consecuencias que las exportaciones latinoamericanas podrían sufrir tras detectarse carne de caballo en dos supermercados en Londres, hicieron los expertos en leyes y economista desde la capital del Reino Unido.

Cabe recordar que las organizaciones de consumidores europeas denunciaron la presencia de ADN de equino en carnes provenientes de Irlanda, por lo que se decidió realizar estudios en varias cadenas detectando presencia en España y ahora en Londres.

Así lo comentó Samuel Pérez, chileno radicado en Londres, Jefe de Investigación de Asuntos Legales y Comerciales del Buffet de abogados Pysdens de Inglaterra, quien se especializa en temas relacionados con el transporte nacional e internacional.

En conversación exclusiva con Radio Bío Bío, señaló que esta situación si bien es puntual en Europa, es necesario que los países exportadores – no solo de carnes sino de otros productos alimenticios- revisen los procedimientos de exportaciones puesto que aún no se sabe certeramente si la Unión Europea aumentará sus exigencias de inspección.

Pérez señaló que el tema puede parecer sencillo a simple vista, pero tiene dos aristas interesantes de analizar. Una tiene que ver con el lado sanitario, donde por ejemplo las vacunas o medicamentos que se utilizan en los equinos pueden ser eventualmente perjudiciales para la salud humana; y otra respecto a la seguridad interna de la Unión Europea.

En este sentido Pérez dijo que varias organizaciones están solicitando que se aplique en la Unión Europea una Ley Anti Bioterrorismo, tal como ocurre en Estados Unidos, la que permitiría controlar de mejor manera los procesos de importaciones.

Las Organizaciones de Consumidores de algunos países europeos alertaron que algunos medicamentos que se utilizan en los equinos, en cantidades altas pueden provocar vómitos, dolores abdominales y en personas con alergia, dolores de cabeza y náuseas.

Otro de los inconvenientes es que la mayoría de las hamburguesas detectadas con carne de equino supera con creces el contenido de grasa de una pieza de carne vacuno, llegando a un 23% y un 25%, porcentajes claramente excesivos puesto que a mayor contenido graso, menor es el contenido proteínico.

En el caso de Chile y principalmente de Valparaíso, recordar que existen autorizadas varias carnicerías equinas, las que son reguladas por la autoridad sanitaria.

Sin embargo, lo que claramente no se puede supervisar es el mercado negro de este producto, que normalmente sale del delito de abigeato, faenamiento de caballos robados, lo que en zonas rurales es habitual.