El gobierno japonés declaró este martes que dará 120 millones de dólares para ayudar a estabilizar Malí y el Sahel, pocos días después de la muerte de diez japoneses en una toma de rehenes en Argelia, vinculada con el conflicto en esta región norafricana.

“El gobierno japonés planea dar 120 millones de dólares suplementarios para ayudar a estabilizar Malí y el Sahel. Esto debe ayudar a la región a fortalecer su gobernabilidad y seguridad, incluso con operaciones de mantenimiento de la paz”, explicó el ministro de Relaciones Exteriores japonés, Fumio Kishida, en una conferencia de prensa.

Lo anterior se debe principalmente a que Japón pagó un duro precio en el ataque al complejo gasífero de In Amenas, en el Sahel argelino, donde al menos 37 extranjeros murieron según un balance provisional.

Diez rehenes japoneses, que trabajan para la empresa nipona JGC, murieron en el atentado terrorista, cometido por un comando fuertemente armado, que dijo actuar en represalia por la intervención de las fuerzas francesas enviadas a Malí para repeler una ofensiva de grupos islamistas.

“Esperamos que esta ayuda refuerce la Misión Internacional en Apoyo a Malí (MISMA) y reduzca la pobreza, la cual puede ser el caldo de cultivo para el terrorismo”, dijo Kishida.

Formada por tropas de África Occidental y apoyada por la ONU, la MISMA debe enviar a Malí 5700 soldados, así como 2.000 soldados prometidos por Chad. Esta fuerza africana debe apoyar y luego reemplazar a los 2500 soldados franceses enviados al país a mediados de enero.