En Chile, sin duda el aborto es un tema escabroso. Pocos políticos o líderes de opinión optan por hablar abiertamente de él, salvo para rechazarlo, cerrando las puertas a la discusión sobre la conveniencia o no de legalizar el aborto terapéutico.

En Estados Unidos, desde 1973 es legal que las mujeres se practiquen abortos en clínicas autorizadas para ello, sin necesidad de responder a delitos de violación o riesgo de vida para la madre. Pese a ello, la oposición a la terminación del embarazo sigue envuelta de una fuerte polémica por parte de grupos conservadores, quienes critican lo que consideran la vulneración de derechos del niño por nacer.

En medio de este debate, la comediante y celebridad de radio y televisión, Lizz Winstead, escribió una fuerte columna para The Huffington Post, donde no sólo relata su experiencia personal en torno al aborto, sino que hace una férrea defensa del derecho de la mujer a abortar sin restricciones.

“No es asunto de nadie la razón por la que una mujer decide tener un aborto. Ninguna mujer debería definirse por haber tenido uno, o ser cuestionada en su integridad por habérselo practicado. Bajo ninguna circunstancia deberíamos preguntar por qué se lo hizo”, escribe Winstead.

A continuación, en BioBioChile traducimos su columna completa, la que fue publicada originalmente el febrero de 2012, pero que este martes fue nuevamente viralizada por el portal de noticias, con gran repercusión en redes sociales.

El aborto es un procedimiento médico

En el último tiempo, el debate respecto del aborto se ha vuelto bastante extremista, muy enfocado en la violación, en el riesgo a la vida de la madre.

Probablemente esto sea resultado de que muchos políticos que han estado interviniendo en la discusión sobre el aborto poseen creencias cavernarias y anti-científicas, las que no corresponden a un debate sobre salud reproductiva, y que no creen que el aborto deba ser legal ni siquiera en esos casos extremos.

Todo lo contrario a lo que la gente cuerda cree.
Todo lo contrario a lo que yo creo.
También creo que el aborto debe ser legal bajo cualquier circunstancia.

Esto como en los casos del “futuro de la madre”, la “edad de la madre” o la “situación financiera de la madre”. En otras palabras, en el caso de la vida de la madre. Cualquier vida que ella escoja llevar y no involucre quedar embarazada en ese momento.

Oh, seguro que esto atraerá a los odiadores.

A los sabelotodos.
A los no-por-ningún-motivo.
Y a todos los que creen que su experiencia con el aborto, o su percepción de lo que es una experiencia de tener un aborto, define a todas las experiencias del aborto.

Yo me hice un aborto.
¿Y adivinen qué? Tu experiencia con el aborto no es la mía.

¿Mi experiencia?
Experimenté alivio.

Alivio de que yo, una adolescente irresponsable, tuve la posibilidad de terminar mi embarazo y que no estuve obligada a definir mi futuro por mi decisión irresponsable de no usar anticonceptivos la primera vez que tuve sexo con un novio que acabó siendo un sujeto para pedir una orden de alejamiento.

Gracias a Dios por el aborto.
Seguro, legal y necesario.
Sí, necesario.
Porque 1 de cada 3 mujeres en los EEUU se habrán practicado un aborto antes de los 45 años.

Es necesario. Necesario porque cada día, durante toda la historia de la humanidad, los hombres y mujeres han caminado sobre la tierra teniendo sexo porque es universalmente percibido como fantástico.

¿Alguien recuerda alguna “Edad de la Abstinencia”? A eso me refiero.

Tenemos sexo por diversión; principalmente por diversión, de hecho. Y apostaría que otra verdad universal a que es lo más divertido que puedes hacer, sin importar si eres del 1% o del 99%.

Ok, quizá esa sea mi verdad universal.

Algunas veces tenemos sexo responsablemente, otras veces no. Algunas veces nuestros métodos anticonceptivos fallan. Algunas veces lo tenemos con personas de las que estamos profundamente enamoradas, otras lo tenemos con gente a la que no queremos volver a ver jamás.

Incluso he escuchado que a veces la gente tiene sexo para procrear. Y escuchen esto, algunas personas como yo, ADORAMOS EL SEXO PERO NO QUEREMOS TENER HIJOS.

Trolls, enciendan sus motores. Aquí vienen los comentarios.

De hecho permítanme prever algunas frases:

- “¿Tuviste un aborto porque fuiste violada o porque fuiste irresponsable?”
- “Eres una puta”.
- “¿Quién querría metértelo a ti, vieja fea?”

Así que siéntanse libres de usar cualquiera de estas y publicarlas más abajo. Las he visto todas al menos una vez hoy en mi Twitter.

La conclusión de esto es que no me siento avergonzada de haberme practicado un aborto, ni tampoco caeré en la represión social por hacerme hecho uno.

Tampoco juzgaré la experiencia de nadie.
Tuve un procedimiento médico. Esa fue mi experiencia.
¿Acaso no tuvo un componente emocional? Claro que sí.

Si quieres conocer todo el cotilleo que hubo en torno a mi decisión puedes leerlo en uno de mis libros, ¿pero sobre el aborto en sí mismo?
No: Fue un alivio.
Aliviada de no verme forzada a hacer algo que no quería ni estaba preparada en forma alguna, y que cambiaría mi vida para siempre.

Mi confesión:

Realmente metí la pata y tuve un embarazo adolescente. Analicé mis opciones y llegué a la conclusión de una niña teniendo un niño era la PEOR de la ideas, así que en vez de ser una madre irresponsable preferí tener un aborto.

¿Alguna vez se han preguntado… si la maternidad es el trabajo más duro del mundo, por qué forzar a que lo asuma una chica de 16 años que no tiene ninguna preparación en absoluto?
Probablemente no, pero yo me lo pregunté.
Tomé una decisión responsable después de ser irresponsable.

Así que quizás deberías decirme “gracias”.
De nada.

Pero esa es sólo mi experiencia. Otras eligen tener abortos por otras razones. Y puede ser una decisión muy difícil. Respeto su proceso y su dolor, además de saber que para muchas mujeres, puede que se trate de la decisión más dura de sus vidas.

Todos hemos escuchado historias conmovedoras. Son reales y no deben ser menospreciadas.

Pero existe otro factor incómodo del que al parecer no nos gusta hablar. Algunas veces una mujer, tras una increíble relación sexual (del tipo del que a TODOS nos gustaría estar teniendo en vez de estar leyendo esto), por un motivo u otro termina quedando embarazada. No por violación, sólo un embarazo no planificado porque dos personas lo estaban pasando bien y ella accidentalmente acabó embarazada.

Desde luego, esas mujeres son putas como yo: mujeres solteras estigmatizadas porque decidimos tener sexo por diversión, no para procrear, un concepto absolutamente extraño y tabú. Y para terminar de encender la hoguera, si nuestro método anticonceptivo falla, nos haremos un aborto.

En realidad, me sorprendería que no hayan pensado que soy una puta después de esto.

Sí, a las mujeres como yo nos llaman putas o cosas peores si, tras un accidente que nos hace optar por el aborto, no mostramos una dosis suficiente de vergüenza y remordimiento.

Esto tiene que terminar. En serio.

No es asunto de nadie la razón por la que una mujer decide tener un aborto. Ninguna mujer debería definirse por haber tenido uno, o ser cuestionada en su integridad por habérselo practicado. Bajo ninguna circunstancia deberíamos preguntar por qué se lo hizo.

Y por amor a cualquier cosa, una mujer no tendría por qué ponerse una armadura de culpabilidad porque no fue una circunstancia perversa la que la llevó a abortar.

El solo hecho de tener que escribir esto me asquea.

Pero debo hacerlo, porque sigo escuchando una y otra vez a personas que buscan interponer cláusulas de moralidad en las razones por las que alguien podría practicarse un aborto, lanzando palabras como “descuidada”, “irresponsable”, “promiscua” y bla, bla, bla.

He escuchado a algunas personas decir, “Bien, ¿qué vamos a hacer con estas mujeres que se siguen embarazando una y otra vez y acaban practicándose abortos?”.

Mi respuesta:

1. No es asunto nuestro.
2. ¡Forzarla a tener un hijo no es la solución!
3. Ver 1 y 2.

Lo que me sorprende es que 40 años después de las leyes que definieron el aborto como legal en EEUU, aún vivamos en un país que crea que “hay abortos que son aceptables y otros que no lo son”.

Los abortos son aceptables porque son procedimientos médicos legales, seguros y necesarios.

Enfrentémoslo: o tuviste uno, o conoces a alguien que se practicó uno, porque como ya dije más arriba, al menos 1 de cada 3 mujeres en los Estados Unidos antes de los 45 años, se ha practicado un aborto. Y cada mujer que eligió tener uno tenía una razón aceptable, cualquiera que haya sido.

Y a toda la gente que clama que no deberíamos hablar sobre el aborto o que ni siquiera deberíamos mencionar la palabra porque alimenta el fuego de los ya mencionados “odiadores”:

Es verdad sólo si los dejamos.
Debemos impedir que sean ellos quienes controlan el lenguaje en este tema. Están tratando de controlarlo todo, y no diré más al respecto.
Estoy redimiendo la palabra ‘aborto’.

Quiero que el aborto permanezca siendo seguro y legal.