La actividad cultural más importante del país cumple 20 años este año, con el Festival que se inicia hoy, cuando se cumplirán 40 años del Golpe de Estado.

El Festival Internacional Santiago a Mil es posiblemente la actividad cultural más importante del país por varias razones: por la gran cantidad de actividades que realiza; por la gran diversidad de éstas, que incluyen teatro internacional y nacional -consagrado y emergente-, teatro de calle, teatro en la calle, danza, música, talleres, charlas, etc.; por la calidad de las actividades que programa; por la cobertura territorial -23 comunas de 6 regiones-; por su persistencia en el tiempo; por consistencia como propuesta y contenidos; por sus vínculos internacionales, transformándose en un espacio de encuentro, de difusión y proyección, en particular para las compañías locales.

Lo anterior puede resumirse en el hecho que este Festival ha logrado que se haya “instituido” a nivel nacional el mes de enero como el mes del teatro. Y éste es un logro mayor.

El Festival Santiago a Mil cumple 20 años, una fecha importante y nada fácil para una actividad netamente cultural de esta envergadura. Pero además cumple estos años en plena forma, crecimiento y desarrollo, incluyendo nuevas actividades –como el Teatro Familiar que este año incorpora dos obras o las Tocatas a Mil, con música muy diversa y para todas las edades- y un prestigio sólido que no se pone en duda.

Pero este Festival cumple 20 años cuando se cumplirán 40 años del Golpe de Estado y eso –que puedes ser una casualidad- no es banal. No lo es porque en dictadura no se podría haber realizado una actividad como ésta: la censura no lo habría permitido; no habrían existido los financiamientos públicos y posiblemente tampoco los privados; tampoco habría tenido la difusión que tiene ni tampoco la necesaria para poder funcionar; la mayoría las compañías y artistas extranjeros que han venido posiblemente no lo habrían hecho.

En este contexto, es importante destacar y reconocer al menos dos cosas: Por un lado que exista este año una sección llamada Memoria 1973-2013 –en la que se debiera incluir El Taller- que hace referencia a estos 40 años con la reposición de obras importantes para reflexionar y remirar ese periodo; y por otro, el esfuerzo por traer obras e incorporar espacios de reflexión y cuestionamiento de diversas realidades, en especial de Latinoamérica, con la incorporación de obras de México, Colombia, Perú, que abordan diversas problemáticas regionales.