La Gobernación de Potosí, al suroeste de Bolivia, continuará con sus planes para utilizar las aguas del manantial fronterizo Silala, que surte la norteña II Región de Chile, a pesar del malestar que el tema genera en Santiago, dijo este domingo el gobernador de la zona.

“Tenemos bien claras las ideas de poder utilizar esas aguas, porque son de nosotros los bolivianos, están en nuestro territorio las vertientes del Silala. Seguiremos impulsando este proyecto que será replicado en otras vertientes de la región”, afirmó el Gobernador de Potosí, Félix González, entrevistado por la red de medios del poder Ejecutivo.

La Gobernación de Potosí arrancó a fines de octubre en la frontera con Chile la construcción de represas para el criadero de truchas y tiene previsto establecer una planta embotelladora de agua que, según sus cálculos, utilizaría un máximo del 40% del líquido que fluye hacia Chile.

Según Bolivia, entre 200 y 240 litros por segundo corren desde su territorio hasta el vecino país por canales artificiales, construidos a fines del siglo pasado y que Chile usa de manera gratuita.

Los planes de la gobernación boliviana motivaron que la cancillería chilena pidiera en al menos tres ocasiones en el último año informes a La Paz, aunque la diplomacia boliviana dijo que no accederá a la petición, pues las aguas nacen en su territorio.

Chile considera en cambio que el Silala es un río binacional.

El gobernador González también dijo que está en sus planes construir una planta hidroeléctrica con las aguas del Silala, aunque aclaró que aún se están elaborando los estudios de factibilidad.

Potosí prevé igualmente bombear las aguas del Silala hacia la vecina Laguna Colorada, una riquísima reserva de flamencos andinos y que “tiende a secarse por el cambio climático, porque no está lloviendo en la región”, dijo.

Bolivia y Chile carecen de relaciones diplomáticas desde 1978 y se enfrentaron en una guerra a fines del siglo XIX, cuando los bolivianos perdieron 400 kilómetros de costa y su única salida al océano Pacífico.