La carrera de Michael Schumacher, el piloto más laureado de la Fórmula 1, que anunció el jueves su adiós definitivo a finales de 2012, se resume en tres actos: el debutante talentoso (Jordan, Benetton), el campeón implacable (Ferrari) y el hombre de equipo (Mercedes).

Incluso si su tercera etapa, desde 2010, es anecdótica en términos de resultados, el alemán de 43 años, casado y padre de dos hijos, marcó la historia de la Fórmula 1, con siete títulos de campeón del mundo, 91 victorias en grandes premios y un pilotaje en ocasiones agresivo.

Su primera etapa puede calificarse como de debutante talentoso (1991-1995), en Jordan y Benetton.

Tras una experiencia prometedora pero sin recompensa con Jordan en Spa, Flavio Briatore descubre al joven Schumacher, lo contrata y le permitirá conquistar sus dos primeros títulos mundiales en los Benetton multicolores, con un motor Ford y depués Renault.

Fue el inicio de la era Schumacher en Fórmula 1, con una cierta propensión a llevarse por delante todo lo que se le ponga en medio, como su colisión controvertida con su rival británico Damon Hill en el último gran premio de la temporada de 1994 en Adelaida, lo que llevó al abandono de ambos pilotos y al primer título del alemán.

De un total de 69 carreras en aquella primera época, logró 19 victorias, 38 podios (triunfos incluidos), 10 pole positions y 2 títulos mundiales consecutivos (1994, 1995).

La segunda etapa, de su carrera, ya en Ferrari (1996-2006), puede ser llamada la del campeón implacable.

Fichado por la Scuderia, beneficiándose de grandes medios económicos por parte de Fiat, con Jean Todt como director deportivo y Ross Brawn como ingeniero jefe, Schumacher no podía perder, aunque tuvo que esperar un poco.

En 1997, fue incluso expulsado del campeonato tras un nuevo choque en el último gran premio con el canadiense Jacques Villeneuve.

Pero a fuerza de trabajo, “Schumi” se convierte en 2000 en el primer piloto de Ferrari en ganar el Mundial desde 1979, tras lo que encadenará una era de claro dominio.

Fue el período triunfal del Barón Rojo, cinco veces campeón del mundo de forma consecutiva, a lo que siguió un leve declive (tercero del campeonato en 2005, segundo en 2006) que no pudo soportar. “Mi batería está vacía”, dijo a finales de 2006, tras lo que se retiró por primera vez.

El balance de ese segundo período de piloto fue de 181 carreras, 72 victorias, 116 podios (triunfos incluidos), 58 pole positions y 5 títulos mundiales consecutivos (2000 a 2004)

Su tercera época como piloto, tras regresar de su retiro, entre 2010 y 2012, en Mercedes-AMG, puede ser consideraba como la de un hombre de equipo.

Convencido por Ross Brawn, Schumacher se encuentra como compañero con Nico Rosberg, un joven capaz de superarle regularmente en los ensayos, en carrera y en la clasificación del Mundial.

De pronto, tiene que aprender a ser humilde y pone su inmensa experiencia al servicio de un equipo nuevo en Fótmula 1.

Nacida tras la compra de Brawn Grand Prix, financiada por capitales del Golfo, Mercedes-AMG es más complicada de administrar que cuando Mercedes se contentaba con suministrar motores a McLaren.

Pero la escudería necesita ganar, para satisfacer a los accionistas y a la directiva de la marca de la estrella, en la que no todos los miembros están convencidos del interés de la Fórmula 1.

Es una situación totalmente inédita para Schumi, tras años de tranquilidad absoluta en Ferrari y victorias continuadas. Al final de su contrato de tres años, será sustituido a principios de 2013 por Lewis Hamilton.

Su balance en esta última etapa es más modesto, antes de las seis últimas carreras que restan para el final de la temporada de 2012, con 52 grandes premios disputados, ninguna victoria, una pole position y un podio.