Los bomberos españoles seguían luchando este lunes contra el fuego en la isla de La Gomera, en las Canarias, donde miles de personas fueron evacuadas la víspera, mientras otro incendio causaba la muerte de un brigadista y un agente forestal en el sureste del país.

Tras los fuegos forestales que el fin de semana devastaron miles de hectáreas en todo el país, las llamas continuaban avanzando en la pequeña isla de La Gomera, en el Atlántico, donde arrasaron parte del parque de Garajonay, santuario de especies vegetales declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco.

El trabajo de los bomberos “es muy difícil por las altas temperaturas, el viento, la humedad muy baja” de en torno a 11%, explicó a la AFP la portavoz del Cabildo de la isla, Karen Bencomo.

Unas 5.000 personas seguían fuera de sus hogares el lunes en La Gomera, tras la evacuación del pueblo de Vallehermono, en el norte de la isla.

En medio de un calor asfixiante, desde esta localidad se veía una espesa columna de humo que se elevaba sobre las montañas de la parte central de la isla, donde se encuentra el parque nacional de Garajonay.

“El fuego se introdujo en el barranco de Valle Gran Rey, que se encuentra en la parte superior”, explicó Angel Luis Castilla, alcalde de San Sebastián de La Gomera, principal localidad de la isla.

El domingo, miles de habitantes del suroeste de la isla habían sido evacuados de los pueblos invadidos por el humo. Por turnos y por barco, único medio de abandonar la zona costera, 900 personas fueron llevadas a San Sebastián de la Gomera.

La lucha contra el fuego era particularmente complicada en las zonas de barrancos que bordean el parque y las autoridades locales reclamaban más medios aéreos.

“Tenemos tres hidroaviones y cuatro helicópteros”, afirmó Bencomo. “Necesitamos diez hidroaviones más”, agregó.

En total, más de 4.100 hectáreas de vegetación ardieron en la isla desde el 4 de agosto, varios cientos de ellas en el interior del parque natural, que alberga un conjunto botánico protegido, conocido bajo el nombre de “laurisilva”, que recuerda los bosques subtropicales de la era terciaria.

España, afectada por una sequía sin precedentes desde hace 70 años, registra este verano (boreal) incendios devastadores y sus espacios protegidos sufren particularmente.

Este fin de semana, centenares de hectáreas también ardieron en el parque natural de Cabañeros, una importante reserva de fauna y flora en el centro del país.