No son los casos de dopaje de atletas de Uzbekistán, Siria o Colombia los que han causado gran revuelo en los Juegos Olímpicos de Londres, pero sí algunos deportistas que están en el podio y que ya fueron sancionados por utilizar sustancias prohibidas en el pasado.

A diferencia de los Juegos de Pekín-2008, ningún atleta ha tenido que devolver su medalla. De los diez deportistas excluidos de los Juegos por dopaje por el Comité Olímpico Internacional (COI), sólo dos, una vallista siria y una judoca estadounidense, ya habían comenzado a competir.

En el terreno del dopaje, en el momento del cierre, los Juegos de Londres no han dado excesivamente que hablar.

En primer lugar, porque las redes de detención se extendieron hasta antes de que comenzara la competición. Este fue el caso del italiano Alex Schwazer, defensor del título de los 50 kilómetros marcha, de la joven marroquí Mariem Alaoui, que iba a participar en la carrera de los 1.500 metros, o del levantador de pesas turco Faith Baydar, medallista en el campeonato de Europa.

“Estoy satisfecho de que los atletas fueran atrapados antes y durante los Juegos. Es la señal de que el sistema funciona”, declaró el presidente del COI Jacques Rogge en su última conferencia de prensa este domingo.

Además, las autoridades antidopaje son conscientes de que cada vez se utilizan métodos de dopaje más sofisticados, que no son detectables con los sistemas actuales.

Sin embargo, la ceremonia de clausura de los Juegos no significa que los controles antidopaje hayan terminado. Todas las muestras se conservan durante ocho años, periodo de prescripción establecido por la Agencia Mundial Antidopaje, y pueden estar sujetas a nuevos análisis en función de los progresos de la ciencia.

El ejemplo de los Juegos de Pekín sirve para recordar que los podios no se graban en piedra una vez se consiguen. Dos medallas, el oro en 1.500 metros de Rachid Ramzi, de Bahréin, y la plata en ciclismo en ruta del italiano Davide Rebellin, fueron desposeídas un año más tarde.

“Si un nuevo test se valida, procederemos a hacer el análisis inmediatamente”, recordó Jacques Rogge.

A pesar de que no ha habido grandes escándalos, Londres no ha escapado de los rumores. La última estrella de la natación china, Ye Shiwen, de 16 años, ha sido la que más suspicacias ha levantado.

Sin ninguna evidencia, varios dedos acusadores la señalaron después de finalizar el relevo de los 4×400 estilos logrando el récord mundial al considerar que era imposible lograr esa marca con sólo 16 años.

En Gran Bretaña, donde hubo una gran polémica con la selección de Dwain Chambers, castigado por dopaje en el pasado, los medios de comunicación recibieron con reservas la victoria del kazajo Alexandre Vinokurov en ciclismo en ruta por el oscuro pasado del veterano corredor.

Vinokurov ganó una de las primeras medallas de los Juegos de Londres cinco años después de que diera positivo en un control antidopaje en el Tour de Francia 2007.

No es el único deportista que ha alcanzado la cima después de haber cumplido una sanción por dopaje.

La rusa Tatyana Liskenko, nueva campeona olímpica de martillo, se perdió los Juegos de Pekín por estar castigada, mientras que la turca Asli Cakir Alptenkin, nueva reina de los 1.500 metros, no pudo competir entre 2004 y 2006 tras haber dado positivo en un control.